CLAUDIA Sheinbaum, ya se prepara para gobernar al país, después de la declaratoria definitiva de la validez de su triunfo electoral que le otorgó el Tribunal Federal Electoral. Las voces de la oposición se fueron diluyendo conforme pasó el tiempo y los partidos políticos ya se ocupan de otros menesteres que internamente tienen en sus respectivas organizaciones. El apetito político ya hizo presa de ellos y se quedan a buscar, entre los escombros, algo que les pueda servir para seguir sirviéndose de ellos. Ya lo vimos con el PRI, lo veremos con el PAN y otras organizaciones políticas que no les ha importado mucho la derrota, sino el haber satisfecho sus necesidades relacionadas con sus intereses políticos. Esa es la política de hoy, donde unos cuantos encuentran las posibilidades para seguir medrando en sus partidos y la militancia que se rasque con sus propias uñas. Ya pasaron aquellos días en que fueron convocados para participar en un proceso político que no les dejó nada. Ahora, hasta el nuevo aviso.

Mientras tanto, decíamos, la presidenta electa de este país, estará organizando los momentos de su ascensión al poder presidencial, aunque no se haya quitado, definitivamente, la sombra de quien amenaza con seguir detrás de ella y dictar la agenda política nacional a su entero gusto, porque siente que es el hacedor de cada uno de los que ahora ocuparán puestos de importancia federal, incluyendo los Estados de la República, donde hay y habrá gobernadores de Morena.

Pero, si la sombra de quien cree ser el líder permanente de este partido político en el poder, así como de los gobiernos que impuso todavía durante su mandato, no se retira definitivamente, ninguno de los nuevos actores políticos podrá gobernar libremente y se verá sujeto a lo que le mande hacer quien busca encontrarse detrás de las bambalinas.

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LA SOBERBIA POLÍTICA EN EL PRI

A NIVEL NACIONAL como en el Estado de Veracruz, lo que se ve y se siente, es una actitud soberbia de quienes siguen al mando en las dirigencias políticas del tricolor. Eso se hace cada día más evidente y con ello, prácticamente, están ahuyentando a la poca militancia que se encuentra doblegada en esta organización política.

La dictadura política en el PRI, se ha consolidado a nivel nacional y se espera que, en el Estado, suceda lo mismo. Ya se vio que Adolfo Ramírez Arana, es un chamaco inexperto para liderear al partido, aunque diga lo contrario. Ya se vieron los resultados del pasado reciente y se verán en el futuro inmediato. Ya no hay el entusiasmo político de otros tiempos ni se ve la decidida participación de muchos jóvenes, mujeres y expertos en materia político electoral que se acerquen a las oficinas del tricolor. Todo parece estarse acabando lentamente, porque ya se dieron cuenta los actuales dirigentes dónde está el negocio que les interesa.

Hasta que no desaparezcan estos enterradores del PRI, será cuando comience a resurgir el nuevo partido que ahora se encuentra secuestrado por dos dirigentes inéditos, por su negligencia, dentro del ex partido político de las mayorías. Si tuviera dignidad, Adolfo Ramírez Arana, ya hubiera dejado el partido para que otras fuerzas políticas, con plena voluntad y orgullo priista, pudieran hacer lo que se requiere para mantener al PRI en el escenario político del Estado.

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LENTA AGONÍA DEL TRICOLOR

DESDE HACE VARIOS años, el PRI, era señalado como un partido añejo, sin posibilidades de que siguiera siendo una verdadera opción política. Ahora se confirma, ya no es el partido de las preferencias electorales, porque nadie pudo o nadie quiso, fortalecerlo en su momento, cuando todavía había dirigentes de peso completo, experimentados en la lucha político electoral, los cuales lograron muchos éxitos electorales, siendo un partido de respeto en el ámbito político nacional y estatal.

Hoy, solo quedan restos de escombros y una lenta agonía que lo amenaza con morir en cualquier momento.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.