Las políticas ambientales quedaron rezagadas, empapeladas y olvidadas desde la reducción de sus presupuestos. Por ejemplo, la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) disminuyó su presupuesto en casi un 50% en términos reales, al pasar de 4 mil 441 millones de pesos a 2 mil 672 millones entre 2018 y 2024. Mucha palabrería para desdibujar el desprecio o el poco interés gubernamental para operar alternativas ambientales o salvaguardar territorios; el caso emblema de este abandono, la cereza del pastel, el festejado Tren Maya para el que “no se tocaría un solo árbol”, con un saldo aceptado oficialmente, de 7 millones de árboles talados.
El rasgo que define las visiones y hechos concretos de la gestión federal y muchas estatales es la simulación o la negación frente a los hechos y datos evidentes.
Por ejemplo, desde el programa “exportable” de sembrando vida que se ha presentado como la panacea, como un modelo de proyecto sustentable y productivo para el “bienestar”, el cual con los datos duros oficiales difícilmente pasa la prueba de eficiencia o resultados positivos como eje para el anclaje del mejoramiento productivo o de la sustentabilidad y la reforestación.
Que decir de las “reforestaciones” en Veracruz a partir de “Jornadas Comunitarias” de fines de semana, donde servidores públicos “voluntarios”, sin experiencia, sembraron planta en camellones y orillas de carreteras y uno que otro predio. ¿Alguien que informe del éxito de esta campaña en la supervivencia de las plantas sembradas?
El desastre del abandono ambiental, ligado a la protección civil, a los procesos de deterioro climático por el calentamiento global, las sequías y el calor que fueron minimizados y desdeñados, y provocaron los incendios más devastadores que hemos sufrido en el país, con datos de que ascendieron según la CONAFOR a 7,627 siniestros entre el 1 de enero y el 2 de agosto, con una enorme superficie afectada que alcanzó un millón 269 mil 858 hectáreas. En este escenario nacional Veracruz fue la entidad más afectada con 14 mil 109 hectáreas y una de las de mayor número de incendios con 222.
Nos queda esperar una modificación sustantiva de la política ambiental, sostenida por el arribo de una científica a la presidencia de la República. Nos queda esperar que se rompa la simulación y las interpretaciones baladíes respecto de la profundidad de nuestros atrasos para enfrentar en mejores condiciones los retos ambientales actuales, globales y nacionales. Eso significaría priorizar, atender y comprometerse efectivamente con definiciones y acciones concretas para mejorar los ejercicios administrativos y de gobierno, convocando a la sociedad a actuar juntos ante un problema de crisis ya presente y que nos afecta a todos.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El informe que no fue informe, con testimonios de los ayudantes, una tragicomedia en la que se miran en su espejo.
mquim1962@hotmail.com
X: @mquim1962 |