No terminan de entender que se deben ya poner a trabajar en diseñar propuestas, políticas públicas verdaderamente atractivas, en renovar a fondo sus cuadros y en abrirse honestamente a la ciudadanía.
Así el Partido Revolucionario Institucional (PRI), buscará salvar el registro, algo que inminentemente perderá pues no le queda nada que proponer o salvar, la sociedad está asqueada y harta de su constante simulación, su actual dirigencia nacional impuso en Veracruz a un remedo de líder, que no representa a nada, ni a nadie.
Ligado directamente a grupos de la delincuencia organizada su presidente Adolfo "El Fofo" Ramírez Arana, no conecta, no engancha con una sociedad que demanda al menos del PRI, ofertas nuevas y renovadas.
En el Partido Acción Nacional (PAN) la cosa no está mejor, su actual dirigente Federico Salomón Molina ha sido maniatado a los deseos del Clan Yunes, quien opera el partido al que habrán de implosionar como lo han hecho con toda estructura a la que tocan.
Su arraigada militancia, sucumbió a los escarceos y mieles que detentan los puestos públicos, al grado de adaptarse a la derrota mientras tengan un espacio en la nómina de algún ayuntamiento, del mismo CEN, pero por el amor de Dios, donde la ministración de recursos no se detenga.
Del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni hablemos, desaparecido por la pésima y tristísima gestión de Sergio Cadena Martínez quien se prestó a la ambiciones y juegos de su patrón José Francisco "Pepe" Yunes Zorrilla –nacido para perder-, acabó con el último reducto de oposición verdaderamente sería que existía.
La caída en desgracia de Rogelio Franco Castán de manos del Clan Yunista y por supuesto de los desleales miembros del perredismo, que, como Judas, lo vendieron por 30 monedas, terminaron por desmantelar y hasta perder el registro del único partido que hacía la diferencia.
Sino recuerde como el PRI pudo salir de Palacio de Gobierno en aquella histórica elección de 2016, que le costó la cárcel y la debacle al Duartismo y por ende al priismo veracruzano.
Movimiento Ciudadano (MC) sería la última opción creíble de oposición para buscar hacer contra peso al avasallador Morenísmo imperante en la entidad, solo que tienen un problemita de origen.
Su dirigente Dante Alfonso Delgado Rannauro -enquistado cual cáncer- será el factor u el elemento de descomposición del propio organismo, en la entidad la ciudadanía no les cree, como resultado de su injerencia directa y su flamígero dedo colocador de posiciones.
La última posibilidad la brindaba el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que se encuentra inmerso en un posible proceso de renovación de su dirigencia estatal.
Así, por ejemplo, se prevé la renovación de la dirigencia estatal del Partido Verde, que tras la salida de Eleaney Sesma, ostenta Marcelo Ruiz –al fin diputado local electo-, como delegado nacional.
Se nos dice que la estafeta la recogerá quien hasta ahora es el segundo del comité, el joven Edgar Herrera Lendechy, que es reconocido ya en el medio como un eficiente, ordenado y diligente operador de los verdes. Esperemos que estos auténticos relevos generacionales, sirvan para oxigenar y profesionalizar la política veracruzana, en momentos en que el verde demostrará a qué juega, pues ya traicionó al PAN, ya lo hizo con el PRI, en una de esas deja su fructífera alianza con Morena y comienza a intentar recomponer su historia de fiel partido bisagra en la toma de decisiones.
Al tiempo.
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