Quienes presumen de conocer el temperamento zacatecano de doña Rocío Nahle deslizan que es muy posible que la ex secretaria de Energía no termine el sexenio como gobernadora de Veracruz.
La versión comienza a sonar verosímil por las discrepancias manifiestas entre la virtual mandataria estatal y algunos prominentes miembros de la cúpula nacional de Morena derivadas del arropamiento que desde el propio presidente Andrés Manuel López Obrador hasta su sucesora Claudia Sheinbaum y los líderes del Congreso de la Unión: el diputado federal Ricardo Monreal, el senador Adán Augusto López y el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, han dado a los Yunes del PAN luego de que Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, les aportó el voto 86 para alcanzar la mayoría calificada que necesitaban en la Cámara alta para la aprobación de la reforma judicial.
Y es que, lamentablemente para Nahle, al menos durante los primeros 13 meses de su administración –de diciembre de este año hasta el mismo mes de 2025– deberá cogobernar con la alcaldesa panista del puerto de Veracruz, Paty Lobeira, esposa del senador Yunes Márquez, el cual permanecerá hasta el 2030 en el Senado, y, en caso de que solicitara licencia el año entrante para contender por esa presidencia municipal a la que aspiró en 2021, el escaño lo ocuparía su padre, que es el suplente.
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“Por mi parte yo no tengo acuerdo con los Yunes, yo respeto si me respetan, y mira que los acabo de padecer en una elección reciente que fue muy dura”, declaró la gobernadora electa hace nueves días, cuando trascendió la presunta negociación de los panistas de El Estero con el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, quien habría pactado también con ellos “respetar el dominio político de la familia Yunes sobre los municipios de Veracruz y Boca del Río, donde el PVEM serviría de vehículo para promover las futuras candidaturas políticas propuestas por el clan”, según publicó el lunes antepasado el columnista Ricardo Raphael, del diario Milenio, el cual añadió que este supuesto arreglo “tiene muy enojada” a Nahle.
Pero la ex titular de la Sener deberá atemperarse. Seguramente ha escuchado que “la venganza es un platillo que se come frío”. Así como el que se está paladeando su jefe político López Obrador, quien también padeció iguales o peores ofensas de Yunes Linares y de su soberbio primogénito –quien solía llamarlo “viejo guango”–, a los que finalmente, en el ocaso de su Presidencia, terminó doblándolos, humillándolos y exhibiéndolos como “traidores”, provocando que los expulsaran del PAN, partido del que no se quieren ir.
Y es que Nahle parece olvidar que entre finales de 2017 y principios de 2018, como gobernador de Veracruz, el entonces mandatario estatal del partido blanquiazul grabó por lo menos un par de videos en los que llamaba “loco”, “corrupto” y “vividor del sistema” al entonces dirigente nacional y precandidato presidencial de Morena.
En uno de esos videos acusaba al tabasqueño de haber recibido dinero del ex gobernador priista Javier Duarte. También lo señalaba de no pagar impuestos desde hacía 18 años, mostrando en esa ocasión sus declaraciones fiscales en ceros. Y lo exhibió de haber reportado al SAT ingresos por 600 mil pesos en un año, como presidente de Morena, cuando en unas vacaciones familiares en diciembre, en una hacienda de Yucatán, se había gastado ese mismo monto, según aseguró Yunes Linares.
¿Ahora quién humilló y terminó riéndose de quién?
RIDÍCULOS: SIGUEN
NEGANDO LO EVIDENTE
Por cierto, ayer, el senador veracruzano de primera minoría, Miguel Ángel Yunes Márquez, reconoció ante la prensa que ya participa en las reuniones con la fracción parlamentaria con Morena en el Senado de la República, lo que contradice el posicionamiento que habían hecho hace apenas una semana él y su padre Miguel Ángel Yunes Linares, su suplente, de que iban a recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para impedir que los expulsaran del PAN.
“Nos vamos a defender, les vamos a ganar, los vamos a dejar en ridículo y vamos a seguir en el PAN, dependiendo de las condiciones… La Sala de Justicia Electoral y la Suprema Corte de Justicia de la Nación han resuelto desde hace años que la libertad parlamentaria es inviolable”, declaró Yunes Linares, quien arremetió directamente en contra del senador Marko Cortés, dirigente nacional del partido blanquiazul.
“La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que los legisladores gozan de protección especial para propiciar la libre discusión y decisiones realizadas por los legisladores en el ejercicio de su función”, explicó el ex gobernador de Veracruz a la periodista Azucena Uresti.
Pero ¿acaso no van a seguir votando a favor de las reformas constitucionales impulsadas por Morena, según el acuerdo pactado en lo oscurito y que siguen negando?
Además, ayer, con su silencio, la titular de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, Verónica Hernández Giadáns, los puso en evidencia también al negarse a aclarar si están abiertas o no las carpetas de investigación en contra de integrantes de la familia Yunes, así como las ordenes de aprehensión que pesaban hasta hace unas semanas sobre los hermanos Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez.
Y es que los reporteros le preguntaron a la fiscal si estas carpetas de investigación se mantienen abiertas, pero Hernández Giadáns se negó a responder argumentando que, “por la secrecía del caso”, no podía dar a conocer detalles, escapando de los reporteros que le exigían respuestas.
La fiscal también evadió aclarar si solicitarán juicio político contra el senador panista por haber burlado la acción de la justicia.
Con el acuerdo que según trascendió hicieron con el coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López, se espera también que su hermano Fernando, el ex alcalde porteño que actualmente vacaciona en Miami, Florida –al cual, por lo que se ve, no le cancelaron la visa americana–, tomará posesión como diputado local plurinominal del PAN el 5 de noviembre próximo, pese a la orden de aprehensión solicitada por la Fiscalía estatal por el presunto daño patrimonial estimado en 92 millones de pesos correspondiente a la cuenta pública municipal del año 2021 del Ayuntamiento de Veracruz, derivado del desfalco de una supuesta empresa “fantasma” que habría sido usada por el ex munícipe para triangular el pago de la nómina municipal.
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