La clase política priista del país estuvo pendiente desde esta mañana de qué pasaría en el CEN que dirige Alejandro, ‘Alito’, Moreno Cárdenas, con motivo del plazo de 10 días impuesto por el INE para que se nombrara un dirigente interino. Lo anterior dado que el Órgano Electoral Nacional invalidó la Asamblea en la que se autorizó reformar el Reglamento Interno con lo que se pudo dar la reelección de Alito Moreno.

Sin embargo, de acuerdo a fuentes muy bien enteradas, desde el CEN del PRI nos indican lo siguiente: 

1.- El INE no analizó de fondo la Constitucionalidad de las reformas estatutarias.

2.- No entró al fondo del análisis sobre la legalidad o no, de la nueva dirigencia.

3.- Con relación al punto anterior, el INE no tiene facultades para revisar esos procesos de elección interna de los partidos.  Solo dictaminó, que debido a que la ley de partidos políticos prohíbe hacer reformas partidarias durante los procesos electorales, no podían revisar la constitucionalidad de las reformas realizadas en la 24 Asamblea Nacional del PRI.

4.- El CEN del PRI, de inmediato, impugnó ante el TRIFE la resolución del INE, con el argumento de que ya hay criterios del propio tribunal, en los que ha resuelto otros casos similares, y que solo cuando se está en la etapa de selección de candidatos o durante la jornada electoral, no se pueden hacer cambios estatutarios.

5.- En la etapa de cómputos o de impugnaciones, aseguran en el PRI que sí es válido y pueden hacerse las modificaciones al Reglamento (como lo hizo Morena en un caso similar en el 2018). 

6.- Sólo en el caso de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dé la razón al Instituto Nacional Electoral, el PRI tendría que reponer todo el procedimiento para volver a realizar su Asamblea Nacional y, desde luego, elegir a una dirigencia.

En conclusión, el punto clave es la resolución del TRIFE. De ahí se derivarán las acciones que se deberán seguir, las que, por cierto, deberían haberse llevado a cabo hoy, pero como se impugnó, le están comiendo tiempo al tiempo.

Sin embargo, el PRI hoy sigue siendo de Alito, y lo más probable es que si se tuviera que repetir la Asamblea se volvería al mismo punto y de llevarse a cabo una nueva elección, Alito la volvería a ganar aunque sea con algún alfil y sus detractores que le disputan la Presidencia se volverían a quedar con las manos limpias.

En el PRI Nacional, aseguran, hay Alito para rato, porque podrá ser indeseable para muchos y habrá perdido mucho terreno en el plano electoral, pero de que le ronca el pecho, le ronca y mucho. Por lo que se ha visto.

Lo anterior, de dárseles, significaría un buen respiro para sus incondicionales dirigentes estatales que ya andaban buscando chamba en la que para ganar un peso hay que sudar la camiseta.

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