El gobernador nunca tuvo un choque frontal con Rocío Nahle pero dejó a los contrincantes de la futura gobernadora operar en su contra todo el tiempo, empezando por su secretario de Gobierno Eric Cisneros quien, con el pretexto de presentar un libro, un texto completamente innecesario realizó campaña interna de Morena, por todo el estado, para ser designado candidato a la gubernatura sin lograrlo.
Debe mencionarse la conducta delictiva del primo del señor gobernador Eleazar Guerrero Pérez, a quien le entregó la subsecretaría de Finanzas y Planeación del estado de Veracruz, donde no sólo desvió recursos sino que incrustó en la administración a sus hijos, Eleazar y Nitzia Guerrero Barrera, en la nómina del estado.
Antes de eso, Guerrero Pérez, fue el operador de campaña del actual gobernador, hizo lo que quiso con los recursos para luego crear mala fama en los medios por sus transas.
Mientras Cisneros, con fama de represor y corrupto en el estado, hacía campaña disfrazada de presentación de su libro, el gobernador hacía como que no veía nada, y aparentaba apoyar a Nahle, cuando en realidad permitía que el juego sucio al que fue sometida la futura mandataria estatal, diera inicio.
A Cuitláhuac le pasa lo mismo con Eric Cisneros que a Felipe Calderón respecto a Genaro García, si sabía en qué pasos andaba su colaborador cercano es una traición y debe ser sancionado; si no sabía, también debe ser sancionado por no enterarse puntualmente. Es decir, cómplice o ingenuo no puede tener un premio por su incapacidad.
La inexperiencia en la vida pública del gobernador de Veracruz, lo obligó a tener un equipo que no conocía, también sin experiencia y en lugar de asesorarse mostraban improvisación y poca inteligencia. Debió echar mano de algunos jovencitos más por simpatías que por capacidad, de tal manera que desde el primer día permitió imposiciones y personajes a quienes les daban un cargo por simple compensación de derrotas electorales u omisiones. Así, el gabinete de la entidad se convirtió en el basurero de la administración pública del país. Prueba de ello es el desastre en el que deja al estado, con el mayor número de periodistas asesinados y una inseguridad que abarca prácticamente todo su territorio, por citar sólo un par de conflictos que lejos de solucionar, agravó.
La conducta política de Cuitláhuac tampoco fue la más acertada, al colocar a sus amiguitos en la vida pública hizo lo posible por encumbrarlos, como sucedió con quien fuera su secretario cercano Esteban Ramírez Zepeta, a quien convirtió después, por decreto, en el líder de Morena en Veracruz y luego en jefe de campaña de Rocío Nahle, quien llenó de piedritas el camino de la próxima gobernadora, porque la trampa que le tendió la oposición en el café La Parroquia en Veracruz, pudo detenerla, evitarla, o, por lo menos, sortearla, pero llevó a la entonces candidata a una emboscada que le costó muchos votos y un gran escándalo.
Nunca Zepeta hizo nada para contrarrestar la guerra sucia que le preparó Arturo Castagné, porque la propia Nahle debió realizar un peregrinar en los medios para desmentir las acusaciones que se fraguaron con culpables a la vista, quienes no han sido sancionados. Esa guerra sucia nunca fue una tarea que contrarrestó Zepeta ya que sólo se dedicaba a llevarle la agenda y cargarle el portafolios a la candidata sin más imaginación que la de ser una máquina de tomar fechas y alejar a la gente que intentaba acercársele. Nunca fue capaz de realizar una conferencia de prensa correctamente.
Otro de los graves errores fue el de primero designar y luego nunca remover a su representante en la ciudad de México, Reyna Enith Domínguez Wong, quien se pasó seis años como aviadora en la capital sin siquiera organizarle una fiesta de cumpleaños al gobernador. La tarea de esta mujer que perdió la elección de diputada federal en el norte de Veracruz consistió en ver telenovelas en su oficina y asistir a robar bocadillos en las embajadas en los eventos a los que invitaban a Cuitláhuac.
Cuando la casona de la Representación del Gobierno del Estado de Veracruz era alquilada para series, películas o telenovelas el dinero de ese contrato siempre se fue al bolsillo de Reyna Enith, ni siquiera se repartió entre el equipo de zánganos que la acompañaron todo un sexenio.
La representación se la regalaron a Reyna Enith por haber sido derrotada en las elecciones de su distrito donde tiene mala fama y nadie la quiere, de tal manera que su nombramiento se convirtió en un salvoconducto para no volver a pararse en Pueblo Viejo donde fue presidenta municipal y parte de la mafia de caciques que ahora encabeza el alcalde de Naranjos, José Luis Banda Cruz, quien, junto con el diputado, local, próximo director CAEV y actual esposo de la alcaldesa de Pueblo Viejo, Luis Fernando Cervantes Cruz, se adjudican un proyecto del reservorio hídrico que no es suyo, lo presenta como propio y quiere quedar bien con la gobernadora electa diciendo que es de su creación. Pero Nahle sabe perfectamente que es un plagiario porque el verdadero autor del proyecto es su amigo de toda la vida José Alberto Celestinos Isaacs.
La podredumbre del norte de Veracruz tiene varios tentáculos, donde destacan los de El Pulpo Fernando Remes, presidente municipal de Poza Rica, donde el mundialmente conocido beisbolista le abrió las puertas al narcotráfico y ahora actúa con tal impunidad que se volvió incontrolable.
Esto sin hablar del pasado oscuro de Remes, quien ahora quiere imponer como sucesor a su hijo del mismo nombre, para que le cubra las espaldas. Porque el short stop de Los Tigres también se dedicó al robo de ranchos, terrenos y autopartes e, incluso, de tráilers completos.
Muy cerca de esa localidad encontramos otro punto negro de la administración municipal del estado que Cuitláhuac permitió trabajar en la ilegalidad todo el tiempo, se trata de Leobardo Gómez González, conocido en el bajo mundo de la delincuencia morenista como Balo, quien cree que toda la localidad es de su propiedad; sin olvidar la represión que ejerce la presidenta municipal de Álamo, Blanca Lilia Arrieta Pardo, quien amenaza a los periodistas con meterlos a la cárcel si la cuestionan o denuncian sus múltiples anomalías.
Si Cuitláhuac es inexperto e ineficiente más lo fue su equipo, sobre todo en el área de Comunicación Social donde trabajan personas sin la mínima educación y si la tenían nunca lo demostraron. Porque lo disimulaban muy bien. Los periodistas hacían y deshacían el prestigio del gobernador, dentro y fuera del estado, sin que nadie hiciera el respecto. Trató de hacer una conferencia matutina en imitación al Presidente pero no había día en el que no agrediera a los comunicadores y los regañara como si fuera su capataz. Prácticamente nunca tuvo oficina de Comunicación Social y es capaz de llevarse a los imberbes amigos de la adolescencia que lo acompañaron a los nuevos cargos en la administración federal, lo cual sería un atentado contra todo el país, no solo contra los veracruzanos.
Pocos eran los funcionarios públicos honestos y entregados que tenía Cuitláhuac en su equipo, como es el caso de la actual secretaria del Trabajo, Dorheny Cayetano, quien, a pesar de su juventud realiza un muy buen trabajo, con vocación de servicio y voluntad política, características que los vagos que rodearon al gobernador no conocen.
La llegada de Cuitláhuac al gobierno federal viene a colocar una mancha en un gabinete que fue seleccionado con mucha precisión y si hay algunas concesiones seguramente serán temporales, o por lo menos eso esperamos los mexicanos.
PEGA Y CORRE.- Para cerrar con broche de oro su gestión, el gobernador de Veracruz ahora aparece en los medios como lo que ha sido siempre: un personaje de carnaval, es la vida que le gusta, donde suele darse sus baños de pueblo y aparecer con diferentes disfraces, pero el que peor le quedó, sin duda, fue el de gobernador del estado… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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