Ante un público en su mayoría mujeres, inició recordando sus orígenes jarochos, así como venir de la cultura del esfuerzo, pues empezó limpiando pisos pero se esforzó por ser juez y hoy magistrado, por eso insistió: “no importa de dónde vengas, puedes lograr lo que te propongas”.
El también autor del libro “Haz de tus principios y valores un hábito en tu vida”, señaló que aunque seamos personas tranquilas, no ejerzamos violencia en nuestras familias, nuestros hijos, pueden llegar y contarnos algún caso de violencia que suceda en su entorno, incluso escuchar a nuestros hijos decir “es que papá… es una niña”, es un foco rojo de que nuestro hijo puede estar viviendo en un entorno de violencia normalizado en la escuela.
Insistió en decir al público que si saben de algún caso de violencia, hay que denunciar.
Recordó el caso viralizado del estudiante de medicina que golpeó a su novia en Tamaulipas, pues le preguntaron recientemente: ¿Qué haría si hubiera sido su hijo el agresor? A lo que contestó: “si fuera mi hijo, yo lo entregaría” pues refiere que hay personas que han tratado de defender al joven diciendo que hizo lo que hizo, porque algo lo orilló.
Recalcó que el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencia debe ser un principio fundamental, para que ninguna mujer sufra abuso, discriminación en cualquier ámbito de su vida ni tampoco violencia política. Por lo mismo citó los tipos de violencia como la física, la psicológica (no se puede ver, no se puede percibir y trae consecuencias gravísimas), la sexual, incluye el acoso, abuso sexual, hostigamiento, y recientemente el piropo, así como la Violencia patrimonial, muchas veces desconocida, pero tan frecuente.
Igual recalcó la importancia de juzgar con perspectiva de género, es decir, juzgar considerando las situaciones de desventaja hacia las mujeres.
Ya para finalizar su conferencia, indicó las tesis que ha relacionado la Suprema Corte de Justicia de Nación contra la violencia hacia las mujeres, como el tratamiento psicológico especializado en caso de violencia familiar, la violencia familiar ejercida (no se debe juzgar por separado si sucedió la violación), así como el caso Mariana Lima Buendía, que fue parteaguas en nuestro país para resolver el caso del suicidio de Mariana donde no hubo protocolo de investigación con perspectiva de género.
Con respecto al estado de Veracruz refirió que es de los estados con mayor violencia hacia las mujeres, pero que a diferencia del Estado de México, la violencia aquí es ejercida en las grandes ciudades y no en las comunidades como sucede en aquel estado.
Concluyó diciendo que cada estado debe comprometerse a eliminar la violencia contra las mujeres, tomando medidas, protocolos, como crear programas de apoyo de protección a las víctimas, pero principalmente escucharlas a través de las instituciones, pues estamos acostumbrados a invisibilzar la violencia que ellas sufren.
Hay que implementar retos y desafíos, pero lo principal sería implementar un cambio cultural para eliminar conductas y estereotipos de género desde las escuelas.
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