Ella insiste en que no se va. Repite, casi como una grabación, las mismas expresiones que en su momento tuvo el hoy procesado Jorge Winckler Ortiz.
Verónica Hernández tiene sus días contados en la Fiscalía General del Estado (FGE) y hoy sólo busca ganar algo de tiempo… para no dejar huellas.
Destruir documentos comprometedores, cerrar carpetas de investigación que la comprometan, despedir a algunos fiscales que no se alinearon con ella, “blindar” a su gente para mantenerla en posiciones estratégicas (siempre es importante tener ojos y oídos en las oficinas que más adelante podrían actuar en su contra), y tender puentes de comunicación con la gobernadora, para convencerla de que “todavía le puede ser útil”.
De nada le servirá. Tiene un tatuaje imborrable que la delata: el apellido Cisneros.
Y mientras ella trata de “dejar en orden la casa”, los distintos grupos que conforman el llamado “segundo piso de la cuarta transformación” buscan influir en la decisión de Rocío Nahle (pues será ella, nadie más, quien imponga al próximo titular de la Fiscalía) y hacerse de esa posición que consideran estratégica.
De todos los nombres que se manejan para sustituir a Verónica Hernández, uno en lo particular ha cobrado fuerza en los días recientes. Se trata de Leslie Mónica Garibó Puga, aquella que fuera la primera titular de la Contraloría General del Estado en la administración de Cuitláhuac García, cargo del que salió luego de confrontar al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos.
Las directrices de la gobernadora Rocío Nahle permean en todos los ámbitos de la administración pública y en materia de procuración de justicia, la consigna es que se perciba sensibilidad social y un manejo escrupuloso de los recursos. “Es necesario mandar señales concretas de que el estado de derecho impera en el Veracruz”, advierten los asesores de la gobernadora.
Reza un proverbio árabe: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, y este pudiera ser el caso.
En su breve paso por la administración de Cuitláhuac García, Leslie Garibó se enfrentó al autoritarismo del llamado “primo incómodo”, el actual diputado federal Eleazar Guerrero Pérez, quien no admitió que la entonces contralora pretendiera implementar mecanismos de transparencia en las unidades administrativas estatales.
Luego de dejar su cargo, en el 2019, Garibó Puga aclaró que durante el período que sirvió al gobierno estatal todas sus acciones estuvieron apegadas al marco legal y ese es un factor que juega a su favor.
¿Otro?
La circunstancia de que la primera mujer que ocupó la titularidad de la Fiscalía (Verónica Hernández) haya hecho tan mal papel y el interés de la gobernadora (la primera mujer que rige los destinos de Veracruz) de reivindicar a su género, impulsando a alguien con un mejor perfil y un reconocido compromiso con la legalidad.
Tienen que pasar muchas cosas para que se concrete el relevo en la Fiscalía de Veracruz, pero el nombre de Leslie Mónica Garibó Puga será considerado con mucha seriedad en el momento de las definiciones.
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Epílogo.
Hubo quienes festinaron que al exdiputado Juan Javier Gómez Cazarín no lo hubieran colocado en una posición destacada una vez que dejó el Congreso local. Él guardó silencio y esperó los tiempos políticos. *** Este lunes el coordinador general de Programas para el Bienestar en el gobierno federal, Carlos Torres Rosas subió a sus redes sociales una fotografía con el oriundo de Hueyapan de Ocampo. *** “A partir de hoy, nuestro compañero Juan Javier Gómez Cazarín asume como delegado de los Programas para el Bienestar en Veracruz. Trabajaremos coordinadamente para cumplir las instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum de seguir apoyando al pueblo de ese grandioso estado”, escribió Carlos Torres. *** Para todo hay un tiempo y en política tienen que coincidir las circunstancias. Juan Javier Gómez Cazarín será, como lo dijo en su momento Rocío Nahle, el enlace entre el gobierno federal y el estatal, una tarea fundamental para lo que está por venir.
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