Pobre. Nadie le ha dicho que a Estados Unidos le importa pura corneta si el país que piensa invadir no acepta injerencias; simplemente lo invade y punto.
Y en cuando al himno nacional, ¿qué?
¿Nos pondrá a cantarlo mientras los gringos nos invaden? ¿Nos pedirá que les aventemos a la cara las estrofas?
¿Qué quiso decir con esa frase tan fuera de lugar? Quien sabe, pero la raza la agarró de su botana y se pitorreó de ella.
Este domingo Trump volvió a las andadas y manifestó en un foro de la organización ultraconservadora y ultraderechista Turning Point, que a partir del próximo 20 de enero les irá como en feria a los narcotraficantes. “Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados y designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Lo haré de inmediato. Esas organizaciones serán desmanteladas, deportadas y destruidas”.
En esta ocasión no habló de invasión, pero la señora presidenta se enganchó y declaró que México colabora, está en coordinación y trabaja en conjunto con Estados Unidos para disminuir el flagelo del narco, “pero nunca nos vamos a subordinar”.
Alguien debería aconsejarle que ya no repita tanto esa frase y mejor se mire en el espejo de su antecesor, que primero se puso como valentón de barrio frente a Trump (a ver, éntrale guey). Y después accedió, cedió y las dio, para utilizar las palabras de un clásico panista.
¿Qué va a pasar entre México y Estados Unidos a partir del 20 de enero?
Uta, si lo supiera no estaría aquí frente a mi máquina de escribir, en riesgo inminente de dar el salto de la pobreza a la pobreza extrema. Estaría en Palacio Nacional cobrándole un buen billete a la señora presidenta por darle a conocer mis atinadas predicciones.
Aunque no se necesita ser vidente para saber que Trump nos mandará a miles de migrantes que los gobiernos de los estados fronterizos no están preparados para recibir.
Y en relación a los malosos sabe que ocupan una tercera parte del territorio mexicano porque Andrés Manuel López Obrador los dejó hacer y crecer. Sabe que los operadores del tabasqueño incrustados en el gabinete de Claudia Sheinbaum y en el Congreso de la Unión, le han puesto obstáculos al secretario de seguridad Omar García Harfuch que mucho hace con lo poco que tiene. De ahí que la invasión a nuestro país esté latente.
“Qué pasó columnista de cuarta. Una invasión sería una flagrante afrenta a nuestra soberanía nacional. De seguro perteneces a la oposición conservadora que desde ahora aplaude y pide que nos invadan los gringos”.
Ni lo mande Dios.
Pero si se le alborota la hormona a Trump, uta. Puede que ordene una intervención militar, aunque nada tendrá que ver con las de 1846 y 1914.
De acuerdo con expertos militares, será una invasión selectiva con apoyo de tecnología de última generación a lugares estratégicos donde se supone, están los cabecillas del narco.
¿Habrá bala?, es la pregunta recurrente. Mucha bala, aseguran los expertos.
Pero si esto sucede, apuesto doble contra sencillo a que la presidenta saldrá a decir que aunque hayan pisado nuestro suelo patrio 30 mil marines armados hasta los dientes, no hay tal invasión porque somos un pueblo libre, soberano y bla bla bla. Sino “una cooperación efectiva del gobierno de Estados Unidos con el de México para acabar con el flagelo del narco”.
Verás que con esa jalada nos van a salir lector, porque a los morenos nadie les gana una.
bernardogup@hotmail.com |