*En los políticos, funcionarios y aspirantes, no existe amistad, solo intereses. Comprobado
Me dicen quienes me visitan en mi domicilio, con motivo de varios sustos o avisos del corazón, que Dios pone pruebas en sus guerreros y me considero así después de salvar la vida en dos vuelos en avión, uno bimotor en el Cerro de Santa Martha, Los Tuxtlas, provenientes de Coatzacoalcos, y otro en un Cessna, aterrizando alocadamente en una pista clandestina de Rinconada… una más cuando el secuestro y ahora el temor de morir con las fallas de un corazón que ha soportado 58 años de desvelos, fatigas, viajes, recorridos por Veracruz en cinco ocasiones, campañas políticas y reportajes, fracasos y momentos de gloria… y es cuando vemos que aparecen los verdaderos amigos, como dice la canción: “los buenos quedan, los demás se van.
Mi agradecimiento a los amigos, esos que comenta Cervántes en su obra literaria universal, el Quijote… la amistad, el abrazo, la generosidad, son apoyos fundamentales en momentos de dificultad y en situaciones críticas; en nuestro caso especial como periodista aspiramos a la amistad siempre de quien escribe con los lectores y todos, amigos de verdad logrando el sumo bien a que se refiere El Quijote, que es Dios. He sostenido, lo importante no es escribir, sino que te lean.
Vivimos de los cientos de amigos que nos visitaron, otros más en las redes sociales, vía celular, en un momento difícil de la familia, en estos amigos la paciencia, la cortesía, la elocuencia y generosidad, no se diga valentía.
Los días 4 y 5 de febrero quedarán en mi mente, para reflexionar al soportar tres sustos al corazón, consecuencia en parte a los desvelos y al ritmo de trabajo, el ver nacer cada madrugada un hijo, el ejemplar que ya en nuestras manos, nos daba el aviso para irnos a descansar. La emoción de ver la obra diaria, formato, cabeceo, primera plana de todo un trabajo que elaborábamos mientras los lectores dormían.
Nada de qué arrepentirse. El periodismo es nuestra vida. Disfrutamos esta labor, amamos el trabajo al cual llamamos vocación. Por ello nos agrada leer la magia de Cervántes, su talento y su entendimiento para complementar dos personajes totalmente opuestos, pero que entendieron y practicaron la palabra amigo, el fiel escudero con su espíritu y don Quijote con su ternura… y reflexionando, eso fue lo que viví en estos días difíciles en mi sendero periodístico y en esta corta vida. Un simple problema o mal entendido, no es motivo para acabar la amistad
Lo sabía. Me ha tocado comprobarlo y en nada extraña la ausencia de mensajes o llamadas de los políticos, todos, los que hemos apoyado y con poder consumado y los que apenas aspirantes, sienten que ya tienen a Dios de las orejas, violando las regles electorales con campañas anticipadas cuando no son nada y es deshonesto engañar a la sociedad con fantasmales visitas, si su proselitismo debe ser solamente entre la militancia. Comprobado que en la política no existen los amigos, menos con los periodistas, ellos solo tienen intereses.
Es bueno y saludable que no aparezcan los políticos porque su aspiración y el final es el poder, no queremos compromisos serios con ninguno, son falsos, son hipócritas y soberbios, son reptiles y nosotros por constancia, entrega y profesionalismo ya tenemos vuelo ganado en el periodismo, y reflejando el pasaje del filósofo Diógenes cuando Alejandro Magno le negó un favor… el amigo de Diógenes, viviendo en un tonel o barril amplio, le dice, por qué le agradeces si no te ayudó ?, por eso, porque soy libre y no tengo compromiso con él.
Gracias amigos que dedicaron parte de su tiempo para visitarme. La charla fue amena y de gran valor para mí. Porque de las pláticas se aprende, se educa y se corrige. Que importa si Sancho Panza no sabía leer si en muchas aventuras superó al héroe de los molinos de vientos y la amistad de ambos fue sincera y noble. La charla no es de grados académicos sino de sinceridad y de amistad, es nobleza y son valores. Diría Antonio Machado, don Quijote con alma ingenua, curiosa e insaciable y para Sancho Panza solo el alma de su señor.
Difícil llamarse amigo. Los tengo gracias a Dios. Los buenos quedan y somos muchos y los demás, sencillamente se alejan cobarde y falsamente. Cuando siempre hay por qué vivir, por qué luchar, siempre hay por quién sufrir y a quien amar, sin equivocación en esta letra del español Julio Iglesias. Como difícil más no imposible citar a cada uno de los que me visitaron y con quienes sostuvimos charlas diferentes, amenas, sonrientes, de ánimo, alivio, confianza y la sentencia de cada uno de ellos:
¡¡ No te rajes Chino Mora… !!
Solamente que… me olvidabacro de vivir acertadamente, abusos y desvelos en el trabajo, cuando no es lo mismo los Tres Mosqueteros que veinte años después.
Me olvidé que la vida se vive un momento si al final las obras quedan, la gente se va, otros que vienen las continuarán… la vida sigue igual.
Gracias amigos de verdad.
Los quiero un chingo.
La ciencia médica y mi fe en Dios me alientan.
¡¡¡ No te rajes Chino Mora… !!!
No me rajo. |