A ver, el artículo 10 de la Ley de Autonomía de la UV habla sobre la facultad de la universidad para administrar libremente su patrimonio y establece que goza de autonomía económica.
El artículo 36 de la Ley Orgánica dice que el rector será designado por la Junta de Gobierno y durará en su cargo cuatro años, periodo que podrá prorrogarse por una sola vez.
Y el artículo 25 del Estatuto General establece las funciones y responsabilidades del rector como la máxima autoridad ejecutiva de
esa casa de estudios, y dice que durará en el cargo cuatro años con posibilidad de reelección consecutiva por un solo período adicional.
Pero existe el artículo 37 de la Ley Orgánica que en su segundo apartado especifica que para ser rector, el aspirante debe ser mayor de 30 años y menor de 65 en el momento de su elección.
Cuando Martín llegó a la rectoría cumplía a cabalidad con este requisito porque tenía 63 años, pero en la actualidad tiene 66 con once meses (los 67 los cumplirá el próximo 23 de julio). Y eso le impide reelegirse, solicitar una prórroga o pedirle a la Junta de Gobierno que haga una consulta. Entre otras razones, porque ningún artículo de la ley universitaria habla de prórrogas o consultas.
Lo que podría hacerse para que este señor cumpla su anhelo de terminar su tarea de “transformar” a la UV, sería modificar el artículo 37. ¿Cuánto tiempo se llevaría la modificación? En tiempos pretéritos estaríamos hablando de semanas, pero en estos tiempos de la 4T se puede modificar en tres patadas.
Sólo que al parecer eso no sucederá; al menos no por ahora.
El doctor Salvador Valencia dice en su texto que durante muchos años el nombramiento del rector correspondía al gobernador del estado y fue hasta 1996 cuando comenzó la autonomía de la UV, pero difiero.
Por muy autónoma que sea nuestra máxima casa de estudios, el nombramiento del rector o rectora pasa por el escritorio del gobernador o la gobernadora… lo mismo que la negativa a la reelección de un rector terco.
Este lunes la gobernadora Rocío Nahle dijo a los reporteros que la designación del rector debe estar por encima de “intereses políticos y económicos” y agregó que entre los requisitos para ocupar ese cargo, el aspirante debe ser mayor de 30 años y menor de 65”.
Con esto le dijo a Aguilar Sánchez “tu no vas, Martín; tu no vas”.
Es evidente que la mandataria estatal sopesó la bronca que se le vendría encima con los universitarios parando actividades y protestando coléricos en varios municipios del estado y decidió cortar por lo sano.
Al parecer, todo indica que el apestoso potaje de una reelección ilegal que querían servirle a la comunidad universitaria y a los veracruzanos, se enfriará sobre la estufa y ya no llegará a la mesa. bernardogup@hotmail.com |