Lleno de adjetivos, reveladores por oposición, los consejeros de cuyo nombre no quiero acordarme dicen que están preocupados en “salvaguardar los principios de autonomía, legalidad y responsabilidad social”, ¡ja!
También llenan de calificativos el proceso amañado, al que llaman “respetuoso, plural y jurídicamente fundado para analizar la solicitud de prórroga de la vigencia del nombramiento del actual rector, completamente legal al encontrarse establecida en la normatividad universitaria”.
Sigue con sus mentiras la Junta y afirma que ha “escuchado las opiniones de la comunidad universitaria en todas sus regiones a través de un ejercicio de consulta, y ha analizado los resultados de la gestión 2021-2025, así como el plan de trabajo 2025-2029 y la viabilidad de su continuidad por un periodo más”.
Y culminan su farsa con un engaño de a libra:
“Esta resolución se fundamenta en un proceso colegiado, legítimo y éticamente orientado, cuyo objetivo es preservar la estabilidad institucional, la autonomía universitaria y el compromiso social que define a la UV.”
Nuestra alma mater, que ha tenido días gloriosos como el 11 de septiembre de 1944, cuando fue fundada, o las muchas fechas para dignificar su historia como la integración de la Editorial UV y de la revista La palabra y el hombre, hechas por Sergio Galindo, o el crecimiento inusitado de la institución en el rectorado de Roberto Bravo Garzón, o el establecimiento de la autonomía con el rector Emilio Gidi Villarreal, o los logros que tuvieron todos y cada uno de quienes han estado al frente de la oficina principal, con la excepción del émulo de dictadorzuelo que hoy quiere apoderarse de la UV con acciones burdas y delicuenciales.
Vamos todos a salvar nuestra Universidad, Lis de Veracruz, Arte, ciencia, luz. Es ahora o nunca.
Vamos todos a la marcha fúnebre de este miércoles a las 11 de la mañana en la explanada de la Rectoría y hagamos de ella una concentración de la esperanza, de la salvación de la Universidad Veracruzana lograda por sus hijos.
Martinillo y sus siete secuaces no pueden ser más que la ley, más que el mundo representado por exrectores, por exmiembros de la Junta de Gobierno, por aspirantes legítimos a la sucesión, por académicos, por estudiantes y por exalumnos… no pueden ser más que el halo democratizador de la propia gobernadora Rocío Nahle García.
No pueden ser…
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