Claudia Sheinbaum lo sabe, pero a propósito lo pasa por alto: la honestidad no se adquiere por decreto. Igual lo sabía su maestro y jefe político López Obrador, pero también ignoraba esa máxima.
Investidos ambos de un poder casi absoluto, asumen que su palabra es suficiente para purificar el alma de quienes se refugian bajo su manto protector.
Están equivocados y, retomando sus propias expresiones “tonto es aquel que piensa que el pueblo es tonto”.
La mañana de este miércoles, durante su cotidiana conferencia de prensa, Claudia Sheinbaum fue cuestionada por Olga Ojeda Lajud, corresponsal de los periódicos Imagen de Veracruz y Diario del Istmo. La comunicadora le pidió su opinión sobre las observaciones que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) había hecho a la Cuenta Pública 2024 del gobierno de Veracruz, en cuyo informe se advierte sobre la posibilidad de un presunto daño patrimonial de miles de millones de pesos.
Le explicó que es un tema al que se le ha dado seguimiento y le recordó que, incluso, la gobernadora de Veracruz Rocío Nahle lo ha comentado.
“Cuitláhuac (García) es un hombre honesto”.
Con eso inició su respuesta la presidente. ¿Le suenan esas palabras? Son las mismas que pronunció infinidad de veces López Obrador. Después de eso, tras soltar una perorata con la que pretendía explicar cómo funcionan las auditorías de la ASF, la presidente insistió en alejar de cualquier sospecha a su protegido:
“Si hay algún servidor público, algún funcionario que haya hecho un mal manejo de un recurso, que se proceda administrativa y, si es necesario, penalmente. En el caso de Cuitláhuac (García), es conocida su honestidad y está haciendo, además, un gran trabajo ahora en Cenagas”.
¿Sabe usted, estimado lector, leer entrelíneas?
El mensaje de Claudia Sheinbaum fue: con Cuitláhuac García no se metan, pero… si puede rodar la cabeza de algún funcionario de su gobierno, que se proceda.
¿De qué tamaño es el manto protector que cobija a Cuitláhuac?
¿Cuántos de sus amigos -o “cómplices”, como los llamó Zenyazen Escobar- cabrán en ese mismo manto?
Rocío Nahle tiene la instrucción (emitida en su momento López Obrador y ratificada por Claudia Sheinbaum) de “no tocar” a Cuitláhuac García, pero ahora cuenta con suficiente información para desintegrar ese bloque de contención que su antecesor le heredó y que pareciera con la consigna de no dejarla trabajar.
Hoy la que manda en Veracruz es ella, y hará lo que sea necesario para que lo entiendan… quienes lo tengan que entender.
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Epílogo.
Dice Rocío Nahle que la política se construye con diálogo e intercambio de ideas y opiniones. Como muestra de ello, subió a sus redes sociales una fotografía de su encuentro con las cabezas visibles del Partido del Trabajo (PT) en Veracruz, Vicente Aguilar y Ramón Díaz. *** Para nadie es un secreto que la mayor molestia de los petistas es el “agandalle” de Esteban Ramírez Zepeta, quien se ha dedicado a “recuperar” a políticos que ganaron su alcaldía con otras siglas, lo que le ha pegado especialmente al Partido del Trabajo. *** “Todo está calculado”, me dijo alguien cuando lo cuestioné por ese “pirateo” de alcaldes, y este mismo miércoles el propio Ramírez Zepeta exhibió su más reciente presa: el alcalde electo de Coacoatzintla, Juan Solano Landa, quien compitió con el patrocinio del PAN, pero que ya anunció su adhesión a Morena. *** Otra crisis en la Secretaría de Educación (¿cuántas más aguantará la gobernadora antes de remover a Claudia Tello?). Una vez más -pues ya había sucedido al inicio de la actual administración- “se les cayó el sistema” y sucedió justo cuando se tenían que emitir las boletas de calificación de educación básica. *** “Espérense tantito”, es la respuesta de las autoridades a maestros y padres de familia que exigen una explicación.
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