Además, cuenta con el respaldo total de la gobernadora Rocío Nahle García, quien ha dejado claro que la zona conurbada Veracruz-Boca del Río es una prioridad en su agenda. Nahle está decidida a seguir poniendo a Veracruz de moda, y para lograrlo necesita coordinación, visión y resultados. Con Rosa María, esa concordancia está garantizada.
Hay que decirlo claro: esto no es solo un relevo electoral. Aquí se rompieron inercias y se desmontaron “jerarquías”, se dejaron atrás los años en que el puerto era administrado como feudo personal por unos cuantos apellidos, y por primera vez en la historia, la Cuarta Transformación gobernará el municipio de Veracruz, una ciudad que empieza a escribir un nuevo capítulo.
El reto es enorme, sí, pero Rosa María llega con legitimidad, estructura y experiencia. Su conexión con la ciudadanía no es improvisada ni de campaña: es de territorio, de años, y de convicciones profundas.
El puerto ya no es de los Yunes (quienes andan en la impunidad). Ahora, es del pueblo y está en manos de una mujer con historia, con carácter y con visión de futuro. Y eso ya empezó a sentirse.
Esperemos.
POR CIERTO, mientras el nuevo gobierno municipal afina su arranque, también se alinean los proyectos de gran calado que transformarán el rostro económico del puerto. La Secretaría de Marina anunció una inversión histórica de más de $10 mil millones de pesos para modernizar el puerto de Veracruz, con recursos públicos y privados, en coordinación con ASIPONA Veracruz.
Se trata de obras estratégicas: un muelle para cruceros, una terminal de carga mixta, la ampliación de la aduana y una escollera, que no solo aumentarán la capacidad operativa del puerto, sino que también reducirán el impacto del tráfico en la zona urbana.
Con este paquete de inversiones, el Veracruz del futuro ya se empieza a construir desde hoy, con respaldo institucional, visión federal y liderazgo local.
@IvanKalderon |