En un país donde parece que los menos temerosos son los delincuentes, se vuelve imprescindible actuar con firmeza, situación que obliga a evitar cualquier tipo de impunidad en el crimen de la maestra jubilada (y taxista), Irma Hernández.
Nadie quiere hablar por la zozobra en Álamo-Temapache (en el norte de Veracruz), ni taxistas ni docentes, mucho menos la enlutada familia de la maestra que, visiblemente obligada y agredida, perdió la vida después del terrible video que medio mundo atestiguó.
En los tiempos que gobernó Cuitláhuac García (fiel a su costumbre en varios rubros), no se hizo algo por atenuar el delito de extorsión y las consecuencias están a la vista en Veracruz, mismas que han explotado en las manos de Rocío Nahle; una razón más para que la exsecretaria federal no quiera ver “ni en pintura” a su antecesor.
Es así que en las semanas por venir no solo se entregarán más detenidos por la muerte de la maestra Hernández, sino que arreciará (de manera especial), el combate a la extorsión en sus varias manifestaciones en Veracruz, por encargo de Palacio Nacional y el Gabinete de Seguridad.
Veremos qué ocurre, y estemos pendientes.
X: @aaguirre_g |