Pero aquí entre tu y yo lector, ¿fue una hazaña? No. ¿Un milagro? Tampoco. ¿Una chiripa? Menos. Fue un atrevimiento de Andrés Manuel que le salió muy bien ya que aumentó el sueldo a los trabajadores y cuadruplicó los apoyos sociales.
Cuando llegó a la presidencia el salario mínimo era de 88.40 pesos diarios, pero en 2019 lo aumentó a 102.68 pesos. En 2020 el aumento fue de 123.22 pesos. En 2021 fue de 141.70 pesos. En 2022 el salario aumentó a 172.87 pesos. En 2023 fue de 207.44 pesos y en 2024 el aumento fue de 248.93 pesos diarios. Algo nunca visto.
Aumentar el salario de los trabajadores es un modelo que sí funciona, pero que por miedo a la inflación no lo llevaron a la práctica los gobiernos de Miguel de la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto que aprobaban aumentos miserables (de 4, 5 o 7 pesos diarios) y había que aplaudirles. En ese sentido el tabasqueño les demostró que sí se podía y los dejó en ridículo.
Pero los programas sociales son otra cosa.
No me gustaría estar en los zapatos de Claudia Sheinbaum en el quinto o sexto año de su gobierno cuando tenga que decir: “Con la pena, pero los apoyos en efectivo que se han estado entregando cada dos meses con mexicana alegría, se suspenden por falta de liquidez monetaria”.
La disminución de la pobreza fue lo bonito que dio a conocer el INEGI, pero su encuesta lleva otros datos.
En 2022 el CONEVAL confirmó la tendencia a la baja de la pobreza en general, pero añadió que la población sin servicios de salud se había disparado de 16.2 por ciento en 2018 a 39.1 cuatro años después.
La encuesta del INEGI dice que de 2018 a 2024, 24 millones 400 mil mexicanos dejaron de tener acceso a servicios de salud. Y la población vulnerable por carencias sociales pasó de 26.4 por ciento en 2018, a 32.2 por ciento en 2024.
Vaya con las contradicciones porque mientras por un lado la pobreza cayó, por el otro las carencias sociales están aumentando. Y nada de esto se informó en la mañanera.
Eso sí, de que son impresionantes los números del INEGI sobre la pobreza vaya que lo son. No creo que haya otro país en el mundo que pueda presumir de haberle dado una buena tarascada a esa miserable en apenas seis años.
La pregunta es ¿por cuánto tiempo?
Porque (hay que reiterarlo), los programas sociales no durarán toda la vida y no se ve en el horizonte otro presidente que aumente los salarios al ritmo que lo hizo Andrés Manuel.
La disminución de la pobreza que fue festejada a todo volumen en Palacio Nacional está sostenida con alfileres. ¿Qué hará la doctora Sheinbaum cuando por el motivo que sea los pobres se vuelvan a
multiplicar y el día alegre y luminoso (como lo fue este jueves) se convierta en la noche más negra? bernagup28@gmail.com |