A poco menos de tres meses de que finalicen las administraciones municipales en Veracruz, este es el escenario político y financiero que viven actualmente un gran número de ayuntamientos de nuestra entidad, incluyendo varios de los Tuxtlas y Llanos del Sotavento, quienes no aplicaron en su mandato aquel refrán morenista que dicta no mentir, no robar y no traicionar.
Ante esta crítica situación que están viviendo los ayuntamientos, la gobernadora Rocío Nahle García tiene toda la razón y el poder de exigir orden y disciplina a los ediles que se fueron al monte con sus finanzas. Es casi seguro que dará un manotazo en el escritorio, cimbrando a muchas administraciones municipales que en su momento, incurrieron en actos de corrupción.
Todo esto que se ve venir será un toque de retiro para algunos alcaldes que pensaron que su poder sería eterno y que en su último año de mandato intentaron medir fuerzas con Tía Chío, llevándose una total decepción. En la actualidad, muchos de esos ediles que lucraron con las finanzas municipales están a punto de ir a la cárcel, basado en que la ejecutiva estatal está ejerciendo un poder total como una real líder de los poderes Ejecutivo, Legislativo y ahora también del Judicial.
Por ello, nos preguntamos sobre qué van a hacer esos munícipes rebeldes y soberbios que han estado jugando una guerra sucia contra el gobierno de Rocío Nahle García, cuando sus cuentas públicas y gastos presupuestales presentan grandes irregularidades y un posible daño patrimonial. Veremos si ahora sí el Orfis mete al fresco bote a varios alcaldes que llegaron caminando a su palacio municipal y salieron con coche del año, casas, ranchos y queridas que les hicieron varios chamacos.
Ahora bien, quienes piensen que el pleito entre los alcaldes entrantes y los salientes está concluido se equivocan, porque viene lo más complicado y lo que será la madre de las batallas, ya que durante el proceso de la entrega-recepción de cada municipio, los presidentes municipales perdedores sufrirán un poco más, porque los entrantes buscarán hasta por debajo de las piedras cualquier anomalía de sus antecesores y de esta forma ir por ellos, sobre todo por el mal uso que hicieron del presupuesto.
Así que en los Tuxtlas y Llanos del Sotavento, en los primeros días de enero de 2026, sabremos la verdad de los verdaderos pecados de los alcaldes.
En Juan Rodríguez Clara, por ejemplo, nadie se espanta por la corrupción que se dice impera en la administración municipal que encabeza Erick Rodríguez Bárcenas, pues esto fue el pan de cada día del cabildo municipal de este productivo municipio, el cual, de acuerdo con el Orfis, presenta un posible daño patrimonial de más de 18 millones de pesos.
Un tema similar se vive en Ciudad Isla, ya que su alcalde, Gustavo Alfonso Torres, no disimuló durante su gobierno su interés para que los recursos fluyeran con toda libertad al interior de su mandato, producto de los amarres que hizo con el exsecretario de Gobierno, Eric Cisneros con quién realizó grandes bisnes.
Asimismo, en lo que respecta al municipio de Lerdo de Tejada, el Orfis hizo públicos los resultados de la cuenta pública 2024, en los que se señalan presuntos desvíos patrimoniales de más de diez millones de pesos, correspondientes al periodo en que la Síndica Maria Esther Arróniz López fungió como presidenta municipal en funciones.
Lo cierto es que en esta parte de la entidad, se rumora que la situación financiera de muchos ayuntamientos salientes es crítica, pues su capacidad económica está limitada incluso para su gasto corriente, por lo que en varios casos, no tienen ni para pagar sus deudas. ¿Será cierto este rumor? En fin, este rum rum lo comprobaremos en los setenta días que le faltan a los gobiernos municipales.
Y nos vemos en la otra. |