Está grabado y hay muchos testigos: “Yo asumí el primero de septiembre y tomé protesta por nueve años para ser magistrada”.
Apenas la semana pasada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre negaba que aspirara a encabezar la Fiscalía General del Estado (FGE) y su argumento era realmente sólido.
Pero bien dicen que “es de sabios cambiar de opinión”. Bastaron unos cuantos días para que alguien le recordara que “puede pedir licencia” y que, “nadie le dice que no a la gobernadora”.
Ya en este mismo espacio se han detallado las razones por las que Lisbeth Aurelia Jiménez no debería ser titular de la Fiscalía. Lo dijo el abogado penalista Tomás Mundo Arriasa: “ya vimos el precio tan caro que pagamos los veracruzanos al tener (al frente de la Fiscalía) a gente que no está preparada, que no tiene idea de lo que son las políticas públicas que permitan establecer un mecanismo para de verdad procurar justicia a las víctimas y no encarcelar inocentes”.
Verónica Hernández citó el domingo a los mandos de la Fiscalía para confirmarles su renuncia y darles un último mensaje: “me voy contenta, me voy satisfecha, me voy muy orgullosa de haber representado a las mujeres desde esta responsabilidad, de haber tenido esta gran oportunidad de servirle a mi estado y a mi país desde la procuración de justicia, de dejar resultados positivos”.
Allá ella y sus fantasías. Tendrá que reincorporarse -a menos que tenga alguna otra invitación en el servicio público- a sus funciones en la Notaría a su cargo, en Santiago Tuxtla.
Poco después del mediodía, el Pleno del Congreso del Estado dio entrada al oficio de renuncia de Verónica Hernández y a la solicitud de licencia (por un año) de la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez. Ambas misivas fueron atendidas de manera inmediata “por obvia resolución” y mediante votación económica (a mano alzada) ambos trámites fueron aprobados por mayoría simple.
Urgía, sí, remover a Verónica Hernández, pero de todas las opciones que se llegaron a mencionar, la gobernadora Rocío Nahle escogió la peor. Por extraño que parezca, la mano del exsecretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos, se sigue haciendo sentir en la actual administración. Como si los agravios a la hoy gobernadora hubieran formado parte de un montaje.
Verónica Hernández fue una imposición suya y el equipo del que se rodeó la hasta hoy titular de la Fiscalía fue sugerido o aprobado por el exsecretario de Gobierno. Lisbeth Aurelia Jiménez es otra “aportación” del exfuncionario. Fue a través de ella que Cisneros Burgos operó muchas de las revanchas políticas que se cobró Cuitláhuac García.
¿De verdad hay ese distanciamiento entre Nahle y Cisneros? ¿Sabrá cosas que le permitan “blindarse” y seguir operando con total impunidad?
Cuentan quienes de esto saben que Éric Cisneros retornará del mundo de los muertos (políticos) en vísperas de las elecciones del 2027, que lo hará jugando un papel protagónico con miras a la sucesión del 2030.
Ya veremos.
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Epílogo.
El Congreso del Estado decidió otorgar la Medalla “Adolfo Ruiz Cortines” 2025 a María Luisa Bandala Pantoja, una tenaz impulsora de la inclusión. *** Con 40 votos a favor, Bandala Pantoja se hizo merecedora de este reconocimiento. Ella nació con mielomeningocele e hidrocefalia, por lo que fue sometida a 13 cirugías en su infancia. *** Tiene una trayectoria de 30 años en el deporte adaptado en pruebas de lanzamiento y de pista. Actualmente es vicepresidente de la Asociación Estatal de Deportes sobre Silla de Ruedas, dirige la Escuela de Para Danza Deportiva y tiene certificaciones internacionales como atleta y juez. ¡Bien!
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