En estos días ha quedado en claro algo que Veracruz no veía desde hace muchos años: la coordinación plena entre los poderes del Estado. Y no ocurrió por inercia ni por cortesía institucional. Ocurrió porque la gobernadora veracruzana Rocío Nahle está apostando por el reordenamiento del sistema de justicia y dándole a cada poder la importancia que le corresponde para que el Estado funcione.

Con la renovación de la Fiscalía General del Estado y la llegada de la magistrada con licencia Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, una propuesta directa de Nahle, y con la reunión encabezada por la propia gobernadora con las instituciones que conforman el Poder Judicial, ha quedado claro que, en Veracruz, por fin, se está trabajando en una sola dirección.

Y esto, créame, es enorme. Y no es casual.

Le explico.

Durante el encuentro realizado en un marco de absoluta cordialidad, la ingeniera Rocío Nahle García se reunió con magistradas y magistrados del Tribunal Superior de Justicia, del Tribunal de Disciplina Judicial, del Tribunal de Conciliación y Arbitraje, así como del Órgano de Administración Judicial.

Ahí estuvieron presentes perfiles clave del Poder Judicial, la magistrada Rosalba Hernández Hernández, Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, la mtra. Alma Rosa Flores Ceballos, Presidenta del Órgano de Administración Judicial, la magistrada Paulina Elizabeth Ahumada Santana, Presidenta del Tribunal de Disciplina Judicial, la magistrada Luz María López Aburto, Presidenta del Tribunal de Conciliación y Arbitraje. Además de magistradas y magistrados integrantes del Poder Judicial del Estado de Veracruz.

En ese espacio, la titular del Ejecutivo refrendó su compromiso de mantener una articulación permanente que garantice un sistema de justicia eficiente, profesional y cercano a la gente. No se trató de un acto protocolario, fue un mensaje político de fondo.

Después de años donde la Fiscalía jalaba por un lado, el Poder Judicial por otro, y el Ejecutivo debía resolver en solitario, hoy Veracruz camina con una ruta definida, instituciones coordinadas, comunicación permanente y una visión compartida de justicia moderna.

El mensaje de Nahle es claro y poderoso: el Ejecutivo respalda al Poder Judicial y mantiene coordinación real con la Fiscalía, no para invadir funciones, sino para que cada institución haga lo que le toca y lo haga bien. Porque si no hay articulación, simplemente no hay resultados.

En el Poder Judicial ya se entendió, en la Fiscalía también. Y hoy se respiran tiempos distintos.

Esto le da rumbo al estado, un rumbo que no se veía desde hace décadas.

Nahle, está ordenando, fortaleciendo instituciones que habían sido fragmentadas por pleitos políticos, intereses particulares y decisiones inconexas. Lo que estamos viendo es histórico. Y apenas va el primer año.

Lo que viene exige cinco cosas que ayer quedaron sobre la mesa: orden, coordinación, congruencia, coherencia y resultados.

Así de simple. Así de claro.

Porque cuando los poderes trabajan juntos, quien gana es la gente. Y eso, hoy por hoy, está ocurriendo en Veracruz.

Atrás quedaron las rencillas. Ahora viene una etapa de auténticos enlaces entre los poderes para la construcción de un mejor Veracruz.

Y eso, hasta cualquier opositor (si es honesto) tendrá que reconocerlo.

Así las cosas.

@IvanKalderon