Según el Código Financiero para el Estado de Veracruz, lo que se recaude del Impuesto Sobre Nómina se destinará como base de garantía líquida (sic) en el otorgamiento de créditos para las micro, pequeñas y medianas empresas y al financiamiento del gasto público en los rubros de obra pública e inversión de capital para salvaguardar la protección civil en una o varias regiones o zona.
El mismo Código menciona que el Gobierno del Estado constituirá un fideicomiso al que se destinará el 100 por ciento de la recaudación obtenida por Impuesto Sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal. El Fideicomiso tendrá un Comité que garantice la correcta aplicación de los recursos objeto del mismo. Situación que a la fecha parece no se ha llevado a cabo, pues no ha habido transparencia al respecto.
La única excepción en la que el Ejecutivo del Estado puede destinar un porcentaje de lo recaudado, previa aprobación del Congreso, es para financiar el gasto público en el rubro de obra pública.
Luego entonces ¿Por qué demonios lo quieren usar para el pago de adeudos a proveedores?
Como el uso al que se quiere destinar es distinto al establecido en el Código Financiero, ahora el gobernador ha mandado una iniciativa para cambiarlo, para crear algo como un Fobaproa: todas las deudas gubernamentales a cuenta de los veracruzanos. O de otra forma más simple: como si todos los empleados creáramos un fondo de ahorro, para que de allí se nos pagara.¡Ufff!
Pero como dice el dicho: No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre. Es decir: los diputados locales, los que nos representan, “los que buscan el bienestar del pueblo veracruzano”, son los que tendrán en la sesión de este jueves que aprobar o rechazar la iniciativa.
Incluso, si llegaran a aprobarla, sugiero también le cambien el nombre: “Impuesto del 3% para pagarme mi deuda”, ¿o no?
Ante esta medida, los empresarios en Veracruz se han dividido, aunque es una minoría la que está a favor de que el Impuesto Sobre Nómina se aplique a los pagos. Basta aplicar la lógica para descubrir que los que están a favor son a los que se les debe.
Por el contrario, los verdaderos empresarios, los que pagan sus impuestos, los que diariamente generan empleos, ésos se han manifestado en contra de la iniciativa del 3% a la nómina, argumentando que si llegara a aprobarse se comprometería durante varios años, los montos por ese impuesto recaudado, para fines distintos para el que originalmente fue creado, obras e infraestructura en el Estado que permitan la reactivación de la economía en Veracruz.
De inmediato, la respuesta gubernamental fue: “Si no pagas, te harás acreedor a multas, recargos y actualizaciones”. Y efectivamente, tienen razón. La omisión de declaraciones y pagos de algún impuesto nos hace acreedores a sanciones, pero al gobierno en turno se le olvida algo: en diciembre habrá nuevo gobernador, por lo que todo lo actualmente aprobado por la actual legislatura se puede revertir. Y Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo lo sabe; incluso, ayer declaró que le entrará al asunto de los Decretos de Condonación de multas, recargos y actualizaciones característicos de la última etapa de Javier Duarte aprobados fast track. Aunque este beneficio será para todos aquellos empresarios que no paguen el Impuesto Sobre la Nómina en tiempo y opten por rebelarse a la iniciativa de Duarte.
No sé si usted que me lee, pague el Impuesto a la Nómina, pero yo que lo pago (aunque sea poco), realmente me indigna y me molesta que mis 86 pesos mensuales liquidados antes del día18 de cada mes para no generar recargos, sean utilizados para pagar adeudos de los que no tenemos constancia que hayan servido para generar bienes o servicios en beneficio de los veracruzanos.
Ahora entiendo porqué los veracruzanos, a pesar de todos los decretos actuales emitidos para condonar multas, recargos y actualizaciones, no quieren regularizarse, pues lo primero que se les oye decir es: ¿Para qué pago? ¿Para qué se lo roben? ¡Mejor me lo como! |