Con los resultados del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) 2015, recientemente publicados por Inegi, seguimos en el lugar 29. Estamos en el cuadro de honor de los estados jodidos por la pobreza.
Con la firma del Convenio de Adhesión al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal en 1980, el Gobierno del Estado, se quedó cruzado de brazos.
Ríos de tinta y textos, últimamente han corrido por los causes de los medios impresos y digitales para señalar la “docena trágica”, como acertadamente algunos comunicadores señalan al periodo de estas dos últimas administraciones del Gobierno Estatal. Como si este espacio de tiempo fuera un paréntesis de la historia moderna de Veracruz, donde los males que hoy padecemos los habitantes de esta hermosa tierra, hubieran surgido de manera espontánea. Como si la inseguridad, la extorsión, el desempleo galopante, la pobreza y los malos servicios de salud y en menor medida de educación, por citar los más importantes, se hubieran gestado en estos últimos doce años. La respuesta es un no rotundo. Como recientemente se ha explicado en esta serie de artículos sobre el tema en comento, en tiempos del gobernador Miguel Alemán Velasco, se incrementaron substancialmente los ingresos propios para malgastarlos, dejando aún lado la inversión en infraestructura, y con ello, la oportunidad de modernizar nuestro estado y convertirlo en más competitivo para atraer inversiones, aprovechando el alto potencial productivo que tiene nuestro territorio. Lástima margarito, será en otro sexenio.
En esta tesitura, Veracruz tiene un largo periodo de avances y retrocesos en materia de bienestar para sus habitantes, pero para nuestra desgracia prevalecen los saltos para atrás. En el informe del Índice de Desarrollo Humano (IDH) México 2004, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se observa la evolución histórica del IDH por entidad federativa 1950-2000, ente segmento, como siempre y hasta la fecha, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, conservan con ligeras variantes los tres últimos lugares (30, 31 y 32) en el ámbito nacional. Sin embargo otros estados han progresado dentro de la escala del IDH, como es el caso de Querétaro que estaba en el lugar 29 y subió al lugar número 10. En cuanto a Veracruz, es la única entidad que ha perdido el mayor número de lugares, en el periodo que nos ocupa del 19 pasó al número 29, 10 lugares perdidos. Bueno, pues esta ubicación la continuamos conservando, seguimos en el cuadro de honor de los estados más pobres del país, de acuerdo con los resultados del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) 2015, cuyas cifras Inegi, dio a conocer el pasado 16 de julio por medio de un boletín de presa ampliamente difundido, asentado que los estados con menores ingresos promedio por hogar y por trimestre fueron Guerrero ($27,584), Oaxaca ($28,715), Chiapas ($29,648) y Veracruz ($31,328). No cabe duda que nuestros gobernantes hacen todo lo humanamente posible para convertirnos en un ejemplo de decadencia en todos los sentidos. Imposible un progreso con inseguridad y saqueo de los recursos públicos estatales y federales.
Cierto, los equívocos antes mencionados, obedecen a una burocracia omisa, ineficaz y corrupta, ya que nuestro subdesarrollo, en una de sus múltiples causales se ha cimentado por la falta de recursos públicos para inversiones en infraestructura. En tiempos de gobernador (QPDC) Rafael Hernández Ochoa, no aprovechamos la oportunidad de negociar con la Federación las participaciones, que por justicia fiscal merece Veracruz, fuimos el pilar del milagro mexicano con nuestro petróleo desde principios del siglo XX hasta los años 80’s. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su documento “Diagnóstico Integral de la Situación Actual de las Haciendas Públicas Estatales y Municipales”, publicado el 15 de agosto de 2003, aclara y cito textualmente en su página 24: “Cabe señalar que Tabasco cuenta con un coeficiente efectivo elevado en las participaciones del Fondo General, debido a que a la firma del Convenio de Adhesión al Sistema Nacional de Coordinación Fiscal en 1980, fue beneficiado en el cálculo de sus Participaciones por su base petrolera existente entonces”. Por esas fechas, este estado recibía 10 veces más en términos per cápita de participaciones que Veracruz. Nuestros funcionario estatales de aquel tiempo estaban dormidos, en cambio los tabasqueños pelearon y obtuvieron lo que por justicia corresponde. Por ciento en los tiempos de Gobernador antes citado, inició la costumbre contratar porros universitarios y de realizar obras de mala calidad, como en los tiempos de la “docena trágica”. Veracruz es tan rico, que lo único que necesita de políticos de altura, lejos del beneficio personal y ambición. Es irracional construir una residencia con once baños, dos elevadores, salas de cine y demás, pero pinta en toda su desnudes la clase gobernantes que hoy padecemos. Lo absurdo predomino. ¿Para que tanta riqueza personal, a costa del dolor ajeno? Estamos condenados. |
