Hay quienes creen que se la concedió a Joaquín para “vestir” su despedida a punto de dejar el noticiario estelar de Televisa, pero también pudo haber coincidido el interés de Peña por iniciar cuanto antes una campaña para mejorar su imagen y la de su gobierno, que está por los suelos según demostró una encuesta del diario Reforma.
Mediáticamente incluso pudo haber sido el inicio de una ofensiva para mejorar la percepción de los mexicanos del gobierno priista de cara a las elecciones presidenciales dentro de dos años pero cuya carrera está en plena marcha en la que, igual, el mejor candidato del PRI está por debajo de la del PAN y del de Morena, de acuerdo a otra encuesta de Reforma.
Peña, pues, sabía muy bien lo que decía, por qué lo decía y para qué y para quién lo decía. Dijo lo que quería decir, lo que pidió que le preguntaran.
Peña Nieto no dejó lugar a equívocos
Y no, no le dan, no hay reposo para el gobernador Javier Duarte.
Cada vez más los indicios conducen a adelantar que su suerte está echada.
Los señalamientos por actos de corrupción en su gobierno se han convertido ya en una roca muy pesada que amenaza con arrastrarlo hasta el fondo.
En menos de una semana, el peor signo para él le llegó del hombre más poderoso del país: el Presidente de la República.
Su ex homólogo (en un momento ambos alternaron como gobernadores, uno del Estado de México, el otro de Veracruz), su todavía compañero de partido, su ex amigo (al menos el propio Duarte vino repitiendo que lo era) lo soltó ya de la mano al pie del abismo… político.
La declaración que se difundió la noche del martes en “El Noticiero” de que no va a meter las manos por Duarte, de que no lo va a solapar y de que si incurrió en un acto de corrupción “que enfrente el peso de la ley”, casi lo sentenció.
Queda ya muy claro, se confirma que no fue casual el desdén con el que lo trató hace una semana cuando vino a Antón Lizardo para un acto con marinos.
Peña le dijo a Joaquín que Duarte “tendrá que enfrentar los señalamientos, las investigaciones” y que sólo va a meter las manos pero a favor de la legalidad.
No hay equívoco alguno en las palabras del Presidente.
Lo dijo, lo declaró el Señor y Dador de vida… política dueño del reino que se llama México.
No, no fue una declaración de Miguel Ángel Yunes Linares ni de ninguno de sus enemigos políticos.
El lunes, en “Prosa aprisa” (“El buen juez ha empezado por casa”) comenté:
“Vertical como es el sistema priista, (Enrique) Ochoa Reza, el líder formal, no ha estado más que siguiendo y cumpliendo con las instrucciones que le dio el presidente Peña Nieto, el verdadero líder natural del PRI, sin cuya voluntad no se mueve ni una hoja en el árbol tricolor”.
Ello fue a propósito del reclamo que le hicieron tanto el gobernador Duarte como el coordinador de los diputados federales priistas veracruzanos, Erick Lagos Hernández, por una declaración de que están pendientes las investigaciones que realiza su partido sobre el manejo de recursos públicos por parte del gobernador veracruzano, pero también que están atentos a las investigaciones que realizan otras instancias y que actuarán en consecuencia; que no iban a dejar el caso Duarte.
“Pero en Veracruz, los priistas en el gobierno muestran un desconocimiento total de las formas de hacer política al modo priista y sin ningún recato exhiben su ignorancia haciendo un reclamo al presidente del Comité Ejecutivo Nacional de su partido, que en el fondo es al propio Peña Nieto”, apunté entonces.
A la media noche del martes ya no hubo respuesta ni reclamo tuitero al Presidente por su declaración como sí lo hicieron a la media noche del viernes pasado contra Ochoa Reza.
El Auditor Superior le echa más gasolina al fuego
Pero como si la voz del Tlatoani no hubiera sido contundente ya de por sí, también el martes, en Villahermosa, Tabasco, el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, arrimó otra lápida al pie del sepulcro:
“El Gobierno de Javier Duarte no ha solventado ‘absolutamente nada’ de todas las anomalías que tiene pendientes del ejercicio de 35 mil millones de pesos de fondos federales entre 2010 y 2014, reveló ayer la Auditoría Superior de la Federación (ASF)”, consignó en la entrada de su nota el corresponsal Carlos Marí.
El compañero registró también que Portal informó que el pasado lunes se reunió con Arely Gómez, la titular de la Procuraduría General de la República, para revisar las denuncias penales que formuló en contra de la administración estatal de Veracruz.
"Estamos hablando de 35 mil millones de pesos en cuanto observaciones en proceso de solventación y por denuncias penales debe andar el monto en alrededor de 12 mil 300 millones".
Cuando Marí le dijo que el Gobierno estatal ha dicho que ha estado solventando las observaciones, Portal reviró:
"Es un cuento, no es cierto. (Las autoridades de Veracruz) no han ido solventando absolutamente nada, siguen los mismos montos, siguen las denuncias penales".
Ayer, en otra nota de Reforma, Portal se volvió a ocupar del tema:
“El Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, dijo que en el caso de Veracruz está pendiente por solventar más del 90 por ciento del monto estimado por irregularidades y para el caso es vital la participación de la PGR.
La ASF ha presentado denuncias penales adicionales no contra personas, pero sí basada en hechos, aseveró tras su participación en el primer Foro Empresarial Anticorrupción.
Pero para ello es importante la participación de la Procuraduría General de la República, según Juan Manuel Portal”.
Ante la actitud que mostró Peña Nieto hace una semana en Antón Lizardo, pregunté el lunes en la columna: “Si el Presidente está molesto con él (con el gobernador), si el presidente de su partido lo señala con su nombre y apellido y lo pone como ejemplo de lo mal que hay que combatir… ¿qué le habrán informado a Peña Nieto el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, la Procuradora General de la República, Arely Gómez González…?”.
Por lo que declaró el Auditor, ya se puede tener una idea de qué le pudo haber informado.
Callan los diputados federales
Extraña por otra parte que los diputados federales priistas veracruzanos no han emitido un solo comentario sobre el contenido de la reunión que sostuvieron el martes con el dirigente nacional de su partido Enrique Ochoa Reza.
El tema que dominó fue el de la corrupción, lo que le hizo exclamar: “Yo también estoy verdaderamente cansado de la corrupción”.
Les dijo que no había que intentar tapar el sol con un dedo: “Como partido tenemos que ser los primeros en garantizarle a los ciudadanos de todos los estados de la República que vamos a hacerlos garantes de la transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos que emanan de nuestras filas”.
Fue al grano: “Exijamos a las instituciones correspondientes que analicen los casos; démosle seguimiento puntual a la presentación de pruebas y que el procedimiento se haga conforme a derecho.
Insisto, no podemos tapar el sol con un dedo. Hoy los reclamos de distintas legisladoras y legisladores los comparto plenamente y sí, descansa en nosotros convertir eso en acción”.
¿Acaso fueron los diputados priistas veracruzanos los que hicieron los reclamos? ¿Cuántos y quiénes? ¿En bloque como acostumbran van a salir a dar una conferencia de prensa para pronunciarse fuertemente contra la corrupción y los corruptos de su partido y pedirle a la PGR que actúe, como se los pidió que lo hagan su líder nacional? |