¿Quién lo iba a decir? Donde todo estaba calladito, controlado y se veía manejado, de pronto comienzan a darse sombrerazos y a entreverse maniobras internas que desencadenan una abierta insurrección contra el líder de la bancada priista de Veracruz, Erick Lagos Hernández. 

De acuerdo a nuestras fuentes en la Cámara de Diputados de San Lázaro, 9 de los 16 legisladores duartistas que participan en la LXII legislatura federal, sienten que después del primero de diciembre, por obvias razones, el escenario cambiará y por tanto la correlación de fuerzas. De ser así, la aparente paz interna y el liderazgo que ejerce Erick Lagos Hernández estaría por hacer agua, toda vez que su margen de maniobra se ve limitado al tener 9 insurrectos, y de los 16 diputados que integran la bancada, sólo tres están al margen del movimiento insurrecto (Oswaldo Guillermo Cházaro Montalvo, el diputado Almirante Carlos Federico Quinto Guillén y José Luis Sáenz Soto, que son harina de otro costal y consiguieron su curul por fuerzas distintas a la estatal). 

Los argumentos y banderas de lucha de los insurrectos son, entre otros:

1. La unilateralidad y ausencia de democracia con que ha sido conducida la bancada, por un triunvirato que obliga a firmar virulentos desplegados “calientes” sin su autorización.

2. La apropiación y concentración de “posiciones fuertes” en manos de los diputados Jorge Carvallo Delfín, Adolfo Mota Hernández, Alberto Silva Ramos (por el momento con su suplente) y Erick Lagos Hernández, quienes controlan siete Comisiones Legislativas. Lo anterior ha generado un hartazgo en la bancada debido a la prepotencia y arbitrariedad de quienes, como en el juego de la pirinola, “han tomado todo”.

3. Una posición política entreguista y ciega hacia el Presidente Enrique Peña Nieto y el Gobernador Javier Duarte de Ochoa. 

4. El uso indiscriminado de viajes, viáticos parlamentarios y, por supuesto, la leyenda de las maletas repletas de billetes que llegan a la bancada por cada iniciativa aprobada. 

Además, y por si fuera poco, la ambición de este grupito no tiene límites. Jorge Carvallo Delfín, maniobra abiertamente y por debajo de las matas para ocupar de nuevo (ilegalmente de acuerdo a estatutos a consideración de conocedores de las reglas del partido) la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI. Necia aspiración, señalan, en el justo momento que las habas del PRI se queman como pepitas en comal, pues no cuenta con el apoyo de los Pepistas, ni de los Hectoristas. 

Adolfo Mota Hernández, cabildea y exige para sí la dirigencia nacional de la CNOP. Ello no tiene nada de ilegal, nada de ilegítimo, pero se preguntan ¿y los demás? Aunque aquí, para su conocimiento y descargo, el diputado Adolfo Mota asegura a quienes le preguntan que son “puros rumores”. 

Erick Lagos Hernández por su lado, se prepara desde ahora para allanar el camino y en un futuro próximo convertirse en Senador y despachar en la Cámara Alta del Congreso, donde piensa estar a tiro para buscar la gubernatura del 2024.

A decir de algunos diputados disidentes: “Este trío no se cansa de lactar”.                       

Ante tal inédito panorama pintado a quien esto escribe, era menester considerar todas las aristas de este inminente problema, por lo que también se pudo saber que, efectivamente, la actual directiva de la bancada, el Triunvirato, está enterada de la inconformidad que se maneja por los sótanos de San Lázaro, pero hasta el momento no la han canalizado con fines positivos. Además, que a decir del mencionado Triunvirato no son nueve, sino solo tres los diputados que no están en sintonía. 

Se trata de un ala radical autodenominada “El Bronx jarocho” liderada, nos aseguran, por María del Carmen Pineti Vargas, Noemí Zoila Guzmán Lagunes y Marco Antonio Aguilar Yunes, quienes buscan manejar la bancada como si fuera de oposición y no alineada con el Partido en el poder. Para eso quieren mejores posiciones. 

Los diputados que se pudo contactar y que por sus respuestas se puede entender no están de acuerdo con el “Bronx jarocho”, aseguran que el férreo liderazgo mexiquense es tan vertical que  pretender otra vez ser Vicepresidente de la Mesa Directiva como lo ha buscado ser María del Carmen Pineti; o repetir presidencia de Comisión, como lo ha intentado Noemí Guzmán; o simplemente ocupar la Coordinación de la Bancada, como lo desea Marco Antonio Aguilar Yunes; es de suyo un desatino dado el estilo personal de gobernar la Cámara de César Camacho Quiroz.

Se asegura que si en su momento, a través del liderazgo de Erick Lagos Hernández, se pudo negociar para Silva Ramos y luego para Adolfo Mota, la Presidencia de una Comisión, así como una Vicecoordinación en la bancada priista nacional para Jorge Carvallo Delfín, fue algo que siquiera estaba presupuestado. Y ciertamente eso generó agravios, pero dichos casos fueron negociaciones directas de Javier Duarte de Ochoa con Presidencia y con César Camacho Quiroz. 

Por lo que hace a los viáticos, viajes y la leyenda de las maletas repletas de dinero, el tema, aseguran fuentes legislativas, no pasa de ser un mito que se sigue manejando en San Lázaro, sin que exista un gramo de verdad. “Hace ya varias legislaturas que eso no se da y mucho menos en la presente. Los viáticos son historia pasada, y los viajes que antes se manejaban sin cautela alguna, hoy se controlan desde el Grupo Parlamentario del PRI, léase César Camacho Quiroz. Mientras que las maletas de dinero por lo regular eran enviadas desde los gobiernos estatales, pero ¿En este? ¿De dónde?”.

¿Qué es lo que viene o se ve venir? 

Los diputados veracruzanos alineados y que aseguran no estar de acuerdo con los del “Bronx jarocho”, comentan que Erick Lagos Hernández es un coordinador callado que poco presiona y es lo que disgusta al ala dura, pero aseguran también, que de escalar la insurrección, ésta podría ser objeto de una intensa dosis de Pasiflorina… Mientras que los disidentes consideran que ya no están vigentes los tiempos de la Presidencia Imperial de Enrique Krauze, y que por tanto cambiarán su perfil después del 1 de diciembre, máxime, que ya no estará el primer priísta que les marque línea desde Veracruz. Como ve, las luchas no solo se dan en el PRI estatal, en el Congreso Local, en el Gabinete Duartista, sino que los signos de descomposición han alcanzado todos los rincones y en todos lados se prevé una gigantesca y meteórica “Rebelión en la granja”.