Los ciudadanos no fueron consultados ni sobre este ni sobre otros despropósitos que ha cometido el gobierno saliente, porque no esta contemplado en la ley que asi suceda, de ahí que ejerciendo a voluntad su discrecionalidad, poco haya importado a ese gobierno la creciente inconformidad de la gente.
Casos como el de Veracruz, se repiten cíclicamente en las entidades del país, constituyendo un circulo perverso, en donde el gobernante hace y deshace con los dineros públicos, sin que nadie logre acotarlo y menos sancionarlo.
Los avances legales e institucionales en materia electoral contrastan con el enorme rezago que vive el ejercicio de gobierno en donde la brecha entre gobernante y gobernados sigue ensanchándose. El gobierno transitando por un carril y la ciudadanía por otro, sin que ambos se comuniquen salvo en tiempo de elecciones, como si la democracia se limitara al mero sufragio.
De ahí que sea prioritario un cambio diametral en la forma y en el fondo de llevar a cabo el quehacer gubernamental, incorporando a la ciudadanía organizada, capacitada y dispuesta a participar en los asuntos públicos, en las distintas etapas del ejercicio publico, desde el diseño y aplicación de las políticas publicas, hasta la evaluación de la tarea realizada con base en los resultados.
La convocatoria a la ciudadanía en general a que participe en la elaboración del programa del proximo gobierno, es un primer paso muy positivo pero insuficiente. La ciudadanía debe seguir presente a lo largo de todo el proceso gubernamental, ejerciendo una tarea de contraloría social que redundara en amplia legitimidad para las acciones del gobierno.
Es importante asimismo, que se lleve a cabo una diametral transformación en el manejo de los recursos públicos, para evitar que un Estado empobrecido como el nuestro, gaste sus escasos recursos en gasto corriente, generando empleos innecesarios, que hoy pueden sustituirse con una modernización administrativa y programas adecuados, simplificando gestiones, para ahorrar tiempo, dinero y esfuerzo a los usuarios.
No se trata de una posición neoliberal, que pretenda sustituir los empleos por las maquinas, sino de hacer a un lado criterios caducos de seguir viendo al Estado con una visión paternalista. Se trata de que gobierno y ciudadanía lancen sus redes al mar en vez de conformarse con regalar pescados. Los recursos del Estado deben canalizarse a impulsar la capacidad productiva de los veracruzanos, para que los empleos que se generen produzcan prosperidad a las familias y a la entidad.
Importante que la Universidad Veracruzana sea la sede de este ejercicio democrático ciudadanía-gobierno, y que este primer acercamiento con la población universitaria pueda redundar en una efectiva vinculación entre los programas de educación superior de nuestra casa de estudios y la planta productiva estatal. Una asignatura pendiente que de resolverse, garantizara rumbo, excelencia y prosperidad a las nuevas generaciones de universitarios y no universitarios veracruzanos.
El camino es largo, pero contrariamente a lo que muchos temen, el escenario no seguirá siendo oscuro como hasta ahora. Veracruz es mucho mas fuerte y combativo que los pillos que lo han llevado al borde del precipicio. Veracruz saldrá adelante con rumbo certero y legitimidad derivada esta de la participación ciudadana en el seguimiento del ejercicio de gobierno.
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@RebeccArenas |