Me comentó que en la agenda de la diputación priista hay consenso para pelear por más recursos, así como para apoyar a Yunes Linares en el combate a la inseguridad y la violencia, que no dejan de asociar también con la disponibilidad de recursos.
Dos cosas me precisó reiteradamente: han decidido actuar con independencia al margen de la diferencia personal del gobernador Javier Duarte con el Gobernador electo, no necesariamente en contra de quien consideran su amigo, pero tampoco “nos estamos poniendo a sus órdenes” (de Yunes Linares).
“Hay consenso, hay unanimidad entre nosotros. Vamos a actuar con responsabilidad. Es una exigencia fuerte que tenemos en los distritos para que bajemos recursos para obras. Hay poca inversión y tenemos muy claro que no es lo mismo que al nuevo gobernador lo apoyen sólo los cuatro diputados de su partido que los veinte que somos nosotros, que constituimos la segunda bancada más grande”.
Lo que este diputado priista no me dijo, aunque otro sí, es que además de la responsabilidad que tienen como representantes populares, también apoyarán al nuevo Gobernador por un interés personal y partidista: porque ya no tardan en quedarse huérfanos cuando entreguen el poder a la oposición y ahora sí tratarán de pedalearle cada uno en sus distritos de cara a las elecciones de 2017 y 2018, porque ya no tendrán apoyo del Palacio de Gobierno pero al menos, eso piensan, podrán decirle a sus representados y a los electores que ellos gestionaron recursos y que gracias a eso el gobernador, el nuevo, les entregará obras.
Creo que al margen de sus intereses, lo importante por ahora es que se van a sumar a las gestiones de Yunes Linares haciendo a un lado las diferencias partidistas, y los veracruzanos esperamos que así lo hagan y si lo hacen habrá que reconocérselos, porque si bien el panista tomará el timón no será suficiente cuando ya la tormenta provocada por el gobierno tricolor está causando un naufragio que puede arrastrarnos a todos como arrastró el Titanic a quienes viajaban a bordo de él cuando se partió y se hundió.
En la carta que el Gobernador electo le dirigió el lunes pasado al presidente Peña Nieto en forma respetuosa e institucional, pone los puntos sobre las íes y al informarle que el estado vive una emergencia en materia financiera (aparte de la de seguridad), le dice que “la crisis tiende a agudizarse y amenaza con paralizar al Estado. No hay recursos ni para satisfacer necesidades urgentes que tienen que ver con la atención a la salud de los veracruzanos”.
Creo que en varias áreas prácticamente ya está paralizado desde hace tiempo por falta de recursos y de que no los hay para atender lo más elemental, los mejores testigos son los propios trabajadores del Gobierno del Estado, por lo que en mi punto de vista particular es irresponsable alegrarse o festinar la queja del nuevo gobernador y desear que le vaya mal, porque la maldad de quienes eso desean les impide ver que quienes pagamos somos y seremos todos los veracruzanos.
Por ello, dentro de todo, la actitud de los diputados federales priistas es alentadora. Y ojalá y así jalen parejo con el nuevo gobernador en todo lo que sea para el bien de Veracruz y de todas las familias, al margen de sus intereses partidistas y de sus batallas electorales, que necesariamente las habrá.
Que va en serio la transparencia
Por la misma crítica situación que se vive, según lo que se va filtrando en las filas panistas, que tomarán en noviembre el control del Congreso del Estado y en diciembre el del Gobierno del Estado, la transparencia que pregonó en su campaña el entonces candidato Miguel Ángel Yunes Linares va en serio.
Lo que se dice es que todo se hará de cara a los veracruzanos, en forma totalmente transparente, de modo que no habrá lugar a trastupijes, lo que sentará las bases para que los veracruzanos establezcan la diferencia con las prácticas priistas y la valoren y los gobiernos que vengan no puedan volver a actuar en lo oscurito y cometer más actos de corrupción.
La madriza de Loret, ayer
Carajo, cuánto tiempo le dedicó ayer Carlos Loret de Mola en el noticiario “Despierta” de Televisa al tema del fraude que cometió el Gobierno de Veracruz en contra de sus propios trabajadores.
Aunque antes de las siete de la mañana, medio somnoliento todavía, ya hacía mis ejercicios matutinos, hasta acabé de despertar cuando escuché el tronadero que caía sobre Javier Duarte y su gobierno.
Paré, busqué un asiento y me puse a escuchar con atención. Se trataba de una verdadera madriza mediática como creo que no le habían dedicado otra al gobernador, por todo el tiempo que le dieron al tema cuando, ya se sabe, el tiempo en Televisa es carísimo.
En realidad no era nada nuevo para los veracruzanos y menos para quienes escribimos y publicamos y estamos al día en la situación del estado, pero no dejaba yo de pensar en la repercusión nacional y la que debió haber tenido en los centros de poder de la Ciudad de México el reportaje de investigación y la mesa de comentarios con la mismísima presencia del Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, quien acabó de echar más leña y gasolina al fuego.
O le deben y no le han pagado a Televisa, pensé, o se debe a un verdadero cambio en la línea editorial de la empresa ante la fuerte competencia que tiene ya en otros espacios críticos fortalecida además por las redes sociales, o la denuncia televisiva obedeció a una petición o algún interés de Los Pinos o de la Secretaría de Gobernación.
Sobre esto último lo pensé porque casi fue coincidente con el palo que le dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación al intento de blindaje de impunidad por los señalamientos de presuntos actos de corrupción, palo que celebró la propia dirigencia nacional del PRI.
(Con respecto a esto, Joaquín López Dóriga publicó ayer en su columna “En Privado”, que publica en el diario Milenio: “1. BARBAS. Ante el fallo de la Suprema Corte anulando las reformas-blindaje de los Duarte en Veracruz y Chihuahua, Luis Ochoa Reza (en realidad se llama Enrique) me dijo que sus casos van muy avanzados en el PRI, y que pueden terminar con su expulsión; que la resolución es a corto plazo, antes de que se vayan. A ver”.)
En el fondo de lo ocurrido ayer en “Despierta” no pude evitar ver el rotundo fracaso de la política de comunicación social de Duarte, si es que la tuvo alguna vez, así como del cabildeo y manejo de relaciones que tuvo que haber habido con los representantes de los medios en la Ciudad de México por parte de los responsables del área. Ahí tuvo el gobernador uno de sus talones de Aquiles. Paga con creces las consecuencias. |