¿Imagine usted que tiene que cargar el equivalente a 62 litros durante una hora? Tomando en cuenta que un garrafón de agua tiene 20 litros aproximadamente, igual que una cubeta grande de pintura; ¿sería usted capaz de aguantar ese tiempo con el peso en sus brazos?
Esos 62 litros fueron los que llovieron una tarde de la semana pasada, el volumen se refiere a un metro cuadrado; haciendo el cálculo, en 10 metros cuadrados hubo 620 litros de agua, en 100 metros cuadrados hubo 6200; inimaginable resulta, entonces, calcular todos los litros que cayeron, repito, en tan sólo una hora sobre la capital veracruzana.
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Nos estamos ya acostumbrando a esos manotazos de la madre naturaleza, pero lo que no está preparado es el drenaje pluvial, ni las vialidades ni algunos desarrollos habitacionales.
En la historia de Xalapa ese tipo de fenómenos no fueron frecuentes, hasta los últimos años; ¿qué pasará si algún día esa lluvia de 60 minutos se convierte en dos horas? Seguramente los resultados serían fatales.
Las mismas autoridades aceptaron que la infraestructura hidráulica falló en algunas zonas de Xalapa. En la colonia Revolución se reportaron 22 casas inundadas, en la Obrero Campesina 11 también fueron siniestradas; el conteo incluye también las colonias Campo de Tiro, Modelo, El Moral, 21 de Marzo, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Rafael Lucio, Rafael Hernández Ochoa, Unidad y Progreso, fraccionamiento Ensueño, Bugambilias del Sumidero, 2 de Abril, La Lagunilla, entre otras.
Si usted, amable lector, vive en Xalapa, se dará cuenta de que estamos hablando no de una zona sino de varios sectores de la ciudad; por eso, insisto, el día que esa lluvia de una hora se convierta en dos horas los efectos serán históricos y, a como se está dando el cambio en el clima, para allá vamos.
Alguien debería ocuparse del asunto y pensar que el sistema hidráulico de la Atenas Veracruzana no es el óptimo, que el crecimiento de la mancha urbana sin un trazo pertinente pone en riesgo a los habitantes, que es responsabilidad de las autoridades municipales y estatales (cuando las condiciones económicas sean otras) dar mantenimiento a la red de drenaje y, de suma importancia, es la responsabilidad de ciudadanos y ciudadanas por dejar de botar basura en la calle.
Realmente vale la pena poner atención y recursos en el tema, quien desde el servicio público será recordado como un visionario, un verdadero funcionario comprometido con el desarrollo y manejo de recursos a favor de la ciudad; eso, señoras y señores, será trabajo de verdad y que quedaría como legado político, a lo que se le sumaría el reconocimiento de la sociedad.
¿Quieren adeptos? Pónganse a chambear en lo importante: agua pasada no mueve molino. Escriba a mrossete@yahoo.com.mx www.formato7.com/columnistas formatosiete@gmail.com |