El descomunal Pasivo Circulante del Gobierno del estado tiene al borde de una catástrofe financiera a Veracruz.
Durante los últimos dos años, este rubro compuesto por las cuentas por pagar de corto plazo, se disparó desde un valor de 3,550 millones de pesos (mdp) en 2014 a 17,542 mdp en 2016, es decir un incremento de casi 14,000 millones de pesos, un salto de 500%.
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Con un pasivo circulante de esta magnitud el gobierno de Veracruz está incumpliendo abiertamente el compromiso financiero (estipulado en la mayoría de los créditos bancarios contratados y en las emisiones bursátiles) que lo obliga a mantener este rubro en una magnitud inferior o igual a 4,343 mdp (800 millones de UDIs), lo cual significa que se ha excedido en 13,1993 mdp.
Este incumplimiento (producto del desorden financiero y la corrupción) ha activado un “Evento preventivo” emitido por los acreedores, que advierte que si en un plazo de 90 días hábiles no se subsana esa falta, se activará un “Evento de Aceleración” lo implica que en 2017 no le serían entregados 2,000 mdp del Fondo de Remanentes, monto que es equivalente al 7.7% de las participaciones federales. Es decir, una mayor limitación de sus ingresos públicos que pondría en serios problemas a la nueva administración.
Pero la situación puede ser aún peor, pues de no subsanarse ese incumplimiento en los siguientes 90 días hábiles, se activaría un “Evento de Vencimiento Anticipado” cuya consecuencia sería que, en ese momento le sería exigido, al gobierno del estado, el pago de todos los créditos adeudados.
Lo anterior significa que el gobierno de Veracruz tiene hasta noviembre de este año para disminuir el Pasivo circulante y evitar que se le retengan los 2,000 mdp de remanentes. Si no cumple, tendrá otros tres meses, hasta febrero del próximo año, para subsanar el problema. De no hacerlo, ese mismo mes deberá estar pagando los créditos contratados en su totalidad, esto es alrededor de 30,000 mdp.
De esa dimensión podría ser la malévola herencia del gobierno de Duarte. hbarcel@hotmail.com
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