El bizarro estado de cosas que ocurren en la vida política veracruzana, tras los estertores finales del mandato de Duarte de Ochoa, hacen que una vez más la capacidad de asombro de los veracruzanos no termine de dar crédito a lo que se avecina.
Desde la Ciudad de México se comienzan a dar los primeros indicios de lo que vendrá, se sabe que será este martes cuando la Procuraduría General de la República (PGR) promueva ante la Cámara de Diputados el Juicio de Procedencia contra el mandatario estatal, quien, hasta este fin de semana, no comprendió que intentar revelarse a las instrucciones de un presidente de México, es y será literalmente condenarse al cadalso.
En paralelo, se sabe que las acciones de protección intentadas por el aun mandatario estatal, provocaron un vuelco en la determinación final de quien manda en este país para sucederlo, y es que cuando, se había cocinado la posibilidad de que fuera convocado a entrar al quite el aún secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, sus acciones de encubrimiento institucional lo terminaron de hundir.
Es así como se vinieron a tierra las aspiraciones del minatitleco, tras intentar ocultar las verdaderas razones de la visita de un Grupo Táctico de la PGR, que literal, debió tomar por asalto el Palacio de Gobierno para interrogarlo ante las constantes intromisiones y acciones evasivas para desarrollar dichas diligencias, las cuales fueron siempre dirigidas a vender la versión de que eran en contra del gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, y que fueron desmentidas por el subprocurador Especializado en Investigación de Delitos Federales de la PGR, José Guadalupe Medina Romero, el pasado 21 de septiembre.
Ante ello, la Presidencia ordenó de inmediato al titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, enviar una terna, que permitiera evaluar el mejor perfil para asumir por un lapso menor a los dos meses el encargo y permitir que se dieran todas las facilidades para que se pudiera dar una transición tersa y sin conflictos, logrando con ello, finiquitar el problema provocado por la cerrazón duartista.
Ante la serie de señalamientos, contra la gran mayoría de funcionarios, legisladores locales y federales señalados de complicidad, la terna pretendió incluir a algún ex rector de la Universidad Veracruzana, pero las condiciones político-sociales de la entidad distan mucho de aplicar una salida similar a la dada en Guerrero, precisamente tras los incidentes por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapan.
Es así como la fortuna recayó sobre un legislador federal priista, que se habría reservado desde hace semanas, para evitar ser visto y quemado por la vorágine desatada, su paso por la Secretaría de Gobierno, durante la presente administración le permitió construir una entramada red de relaciones, con todas las fuerzas políticas, actores sociales, empresariales, religiosos, lo que le permite, tener la correcta aceptación, pero sobre todo la interlocución que garantizaría el restablecimiento del orden necesario para permitir la transición que demandan los veracruzanos.
Aunado a ello, es el único de los ex colaboradores emanados en el Fidelduartismo sin contar con una denuncia ante la PGR, lo que terminó por colocarlo como el preferente.
Ese personaje, fue de los únicos que llegado al Congreso de la Unión, no se unió a la absurda y esquizofrénica guerra mediática contra el hoy mandatario electo, Miguel Ángel Yunes Linares, es más, se le recuerda como uno de los pocos, que comprendió que llegado el momento, en política las guerras no son para siempre, y los enemigos políticos, son para quienes ven este ejercicio utópicamente, comprendió que en el debate de las ideas, las divergencias son solo en las ideas, las enemistades, no construyen puentes, mucho menos, construyen una agenda común, la cual fue olvidada por el Duartismo, y aquí se llama Veracruz.
Erick Lagos Hernández será gobernador sustituto. Dice el resabio popular ¡nadie sabe para quién trabaja!
Al tiempo.
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