En noviembre de 2015 en el portal informativo Libertad bajo Palabra publicamos un reportaje de Carlos Hoeflich sobre los municipios olvidados por el gobernador Javier Duarte, municipios que nunca fueron visitados por él. Desde diciembre de 2010 hasta noviembre de 2015 Duarte no había visitado ni la mitad de los 212 municipios que componen la geografía de la entidad veracruzana.
El norte, el centro y el sur del estado literalmente no existieron para el gobernador. Municipios tan cercanos a la capital como Banderilla nunca fueron visitados por Duarte, mucho menos municipios tan al norte como “Tampico Alto, Ozuluama, Chiconamel, Chalma, Tamalín, Tantima, Citlaltépetl, Chontla, Ixcatepec, Tepetzintla, Cerro Azul, Tancoco, Chinampa, Huayacocotla, Ilamatlán, Texcatepec, Zacualpan, Tlachichilco, Benito Juárez y Castillo de Teayo”. Tampoco fueron visitados los municipios del sur como “Mecayapan, Soteapan, Jesús Carranza, Sayula de Alemán, Agua Dulce, Soconusco, Pajapan, Chinameca, Jáltipan, Oteapan, Zaragoza, Moloacán, Ixhuatlán del Sureste, y Las Choapas”. Tampoco fueron visitados por él, según el reportaje de Carlos Hoeflich, los municipios más pobres del estado, incluyendo uno de los más pobres del país: “Xoxocotla, Tlaquilpa, Tequila, Los Reyes, Texhuacán, Naranjal, Coetzala, Cuichapa y Mixtla de Altamirano; este último uno de los tres municipios más pobres de México de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social”.
Duarte se olvidó por completo de más de la mitad de los municipios de Veracruz, de hecho, desde hace varios meses Javier Duarte, quien se defiende como gato panza arriba, se ha olvidado de que es el gobernador. Durante las elecciones para elegir a su sucesor Duarte se comportó como un militante rijoso que se ponía al tú por tú con el candidato del PAN, ahora gobernador electo. Recientemente ha ocupado su tiempo para defenderse, para ir a dar entrevistas donde promueve su versión de un Veracruz que sólo existe en su imaginación; donde se promueve como un sujeto honesto, honorable e incólume.
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Ahora sale muy orondo a decir que “cuando muchas veces nos distrae la agenda de la política, de las grillas, de los dichos, de los dimes y diretes, nosotros respondemos con trabajo, con resultados, y respondemos con agenda seria, con agenda importante, lo otro queda en el anecdotario”, es decir, a 60 días de terminar su sexenio se acuerda que es gobernador.
El día que la Comisión Política del PRI estaba decidiendo sobre su futuro como militante priista, Javier Duarte se fue a inaugurar un puentecito en El Zapotito, municipio de Úrsulo Galván. Al día siguiente, cuando ya todo mundo estaba enterado de su inminente expulsión del PRI Javier Duarte hace una reunión en Palacio de Gobierno para presumir que en 6 años se logró la cifra récord en inversión privada con más de 175 mil 562 millones de pesos.
Por supuesto, estando el estado de Veracruz cómo está eso nadie se lo cree, esas cifras son como su promesa de reducir al 50% la pobreza en Veracruz con su famoso programa Adelante.
Javier Duarte puede presumir el éxito de un gobierno que sólo está en su dislocada mente, la realidad la viven los municipios olvidados por él. Municipios que carecen de sistemas de salud adecuada, padecen de inseguridad, de mala infraestructura para la educación, y otros siguen padeciendo hambre. Esa es la realidad del Veracruz olvidado de Javier Duarte. Olvidado porque mucho del presupuesto asignado para mejorar las condiciones de vida de los veracruzanos fue utilizado para enriquecer a los amigos y enriquecerse el mismo.
Javier Duarte se olvidó de Veracruz, pero nosotros no nos olvidaremos del agravió que nos hizo.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
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