Asesinados. Embolsados, quemados con acido, torturados.
Hoy son llorados
El 7 de octubre aparecieron restos humanos embolsados, y entre estos los de dos mujeres.
La Fiscalía se apresuró a decir que ahí podrían estar tres de los cuatro jóvenes desaparecidos en Boca del Río el 29 de septiembre, que fueron “levantados” por personas armadas.
Génesis Deyanira Urrutia Ramírez, se volvió el emblema de este grupo, por ser una estudiante aventajada en la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana y por quien sus compañeros de escuela salieron a protestar.
Junto con ella fueron sustraídos Octavio García Baruch (estudiante del Tecnológico de Veracruz) y Leobardo Arroyo Prado (egresado de la UV).
Ese mismo día, en otro punto, un joven más fue arrancado de su vida y subido por la fuerza a un vehículo en el que viajaban individuos armados que lo persiguieron.
De inmediato se dejó correr la versión de que los jóvenes sustraídos tenían relación con el crimen organizado.
Nuevamente se buscó criminalizar a las víctimas, para restarle valor a sus vidas, para justificar su destino de encuentro con la violencia.
El 8 de octubre el gobierno del estado emite el comunicado 5396 donde asienta que está “atento de la investigación de jóvenes desaparecidos”.
Por la tarde comienzan las filtraciones diciendo que entre esos restos humanos estaban por lo menos los correspondientes a uno de los jóvenes, Octavio García Baruch, el cual había sido identificado por su familia por un tatuaje que tenía abajo del hombro izquierdo, que decía “no temas a donde vayas que has de morir donde debes”.
Después emitirían el comunicado 5398, confirmando que en las bolsas encontradas en Camarón de Tejeda estaban los restos de tres desaparecidos, identificados plenamente por sus familiares.
No dan nombres, pero las filtraciones si dejan ver que son ellos.
La confusión surge en la tarde, cuando desde la Ciudad de México se difunde la noticia de que habían encontrado a Génesis… pero otra Génesis, Génesis Jimena Medina Andrade, aquien buscaba la Fiscalía de Veracruz como testigo.
La familia de Octavio García Baruch tiene una historia de tragedia de desencuentros, en los que el actuar de las fuerzas policiacas siempre ha sido extraño.
La historia la cuenta Dovianid, hermana de Octavio y a diferencia de las filtraciones gubernamentales, cuenta una serie de acosos y seguimientos.
Incluso su hermano Gustavo, fue desaparecido el año pasado y nunca conocieron su destino.
Durante una entrevista que concedió a Ciro Gómez Leyva, a la cual acudió para pedir ayuda a las autoridades federales en el caso de su hermano, refirió los tres grandes momentos que han sufrido con la delincuencia. La versión fue retomada por la agencia Imagen del Golfo (http://imagendelgolfo.mx/resumen.php?id=41153667).
“En el 2012 nos levantan a mi hermano Octavio García Baruch, a mí y a un amigo de él, íbamos los tres en mi automóvil, nos levantan en Acayucan, Veracruz cerca de una colonia que se llama La Lealtad, precisamente íbamos por mi hermano Gustavo y mi primo, pero en la esquina nos interceptan unas camionetas muy parecidas a las que usa las del gobierno, no se te decir si eran del gobierno o no, no se si hayan sido ellos, era un comando armado uniformado con esas vestimentas que usa la policía del gobierno”.
su hermano Gustavo y un primo ven todo y se van.
Luego de amedrentar a Octavio con amenazas de abusar de Dovianid, le preguntan al hermano ¿cuánto le puede dar a los delincuentes por dejarla libre. Acto seguido pasan una motosierra encendida cerca del cuello de los tres.
“Yo estaba recién operada, de hecho él (su hermano Octavio) me llevaba al médico, de todo el esfuerzo, el miedo, los golpes (que recibió en aquel entonces) me empecé a desangrar y literal, me orino y entonces ellos me empiezan a tocar y a decir palabras muy obscenas y entonces le dice uno al otro-¿qué te parece si te la echas tú primero?- y entonces mi hermano se logra desatar y se les va a golpes”.
Dovianid muestra en ese momento fotos de su hermano en competencia de Kick Boxing y en sus estudios como químico.
La mujer sigue contando que los delincuentes contactaron a la madre de ellos y le piden una cantidad, luego de que la madre y el padre de sus hermanos logran hacer una “vaquita”, Dovianid es soltada pero se quedan con Octavio, la forma de relatar de la mujer en el programa denota miedo y que revive por los aterradores momentos.
Los maleantes piden otra cantidad por el chico, pero la madre les dice que ya no tienen dinero y los maleantes ya no negocian. “Al otro día sale en el periódico el encabezado de que cae una banda de secuestradores, narcomenudistas, posesión de armas del ejército, carro robado y en las fotos aparece mi hermano, lo meten a la cárcel y pasa 8 días…las autoridades empiezan a pedir a los que hayan sido víctimas de secuestro que lo señalen si lo recuerdan pero no hay nadie que lo señale; mi carro me lo desmantelan totalmente, dicen que en mi carro llevaban no se cuántos kilos de droga y de cocaína”.
¿Cómo fue que los secuestradores establecieron el contacto con la policía para entregar al joven?.
En el 2015 los hermanos se van a estudiar a Veracruz puerto en donde los empiezan a acosar junto con los dos jóvenes con quienes vivían en esa casa, acosos que aseguró Dovianid, hay videos en donde hombres entran a hacerles preguntas e incluso se oye la voz de Octavio diciendo “ahí vienen otra vez”. El once de octubre de aquel año, Gustavo García Baruch es sustraído de su casa, junto con 3 jóvenes más.
Vamos a la fiscalía, es muy negligente la situación, a los cinco días nos llamaron y nos dijeron –ya nos los busquen, ya fueron ejecutados-“. Hasta el día de hoy no se sabe nada de Gustavo y su paradero.
¿Cómo fue que en la Fiscalía supieron que ya lo habían asesinado?.
El tercer hecho es la desaparición de Octavio y los otros dos jóvenes y el que fueran torturados, asesinados y desmembrados, para luego dejar sus restos en bolsas, en un paraje rural.
Y hoy también hay un actuar extraño de la autoridad investigadora, para comenzar el que no se quieran presentar los 10 videos que podrían aportar elementos para identificar a sus captores. |