Con que cara se le responde a los pensionados y jubilados, que vieron esfumarse sus ahorros de la noche a la mañana por la perversa y enferma voracidad de quien hoy se evade de la justicia como un vil ladrón de cuadra sus ahorros, sus aportaciones al Instituto de Pensiones del Estado, al que manejaron a discreción en un afán saqueador que simplemente avergüenza.
De algo sirve que Duarte sea despreciado por los militantes del PRI, cuando miles de niños (as) enfrentan enfermedades terminales, o necesitan de una rehabilitación para poder llevar una vida plena, saludable, que les dé la certeza de que el estado es y seguirá siendo el garante de su integridad física, cuando personajes como Ricardo Sandoval, simplemente se esfumaron, porque el sistema les dio la libertad para hacerlo, pero peor aún, cuando te enteras que se desviaron recursos del sector para construir un hospital para equinos en un rancho propiedad indirecta del ex mandatario fugitivo.
A quien le sirve de algo, que Javier Duarte este expulsado del PRI, cuando los padres de los desaparecidos lloran y piden a gritos se les devuelva la certeza al menos de saber que sus hijos no volverán, que yacen en un campo santo, que pueden al menos desahogar su pena y dolor, cuando los cómplices de esta maldita administración se dieron el lujo de lucran con el dolor ajeno.
Quien y donde saben que están los Bermúdez, donde los Mota, los Spinoso, los Silva y sus sueños de grandeza, donde están, los Benítez, que fue de los Tarke Abdala, los Carvallo, que paso, con todos y cada uno de los integrantes de su gabinete que como verdaderos testaferros, compinches, trúhanes se apoderaron de los cerca de 180 mil millones de pesos que es cuando menos se estima el desfalco a las arcas del estado.
Cabe acaso el perdón social cuando te enteras de que disponiendo a su antojo el fugitivo, tuvo el descaro de mandar a comprar joyas y alhajas cual verdadero integrante de la realeza de Habsburgo o de los zares Prusianos del siglo XIX, solo para complacer a la compañera de vida o cómplice de fechorías.
Esperemos y ojalá esto sea premonitorio del final que no deseamos, pero que por justicia habrá de llegar, que la visita este martes desde las 07:40 horas, al Aeropuerto Internacional Canticas, del Comisionado General de la Policía Federal, Manelich Castilla Cravioto quien arribó a bordo de la aeronave Grumman II, matrícula XC-PFT, no solo haya sido con el objetivo de atender la situación de inseguridad que permea en la zona sureste de Veracruz.
Se sabe de buena fuente que el enviado del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, no vino exclusivamente a verificar que se diera seguimiento semanal a la implementación del plan de Mando Único, sino a la captura del fugitivo, a quien hasta antes del cierre de esta columna afirmaban tenían bien ubicado y no era precisamente en el Estado de México donde se encontraba, como se encargó de desmentir los bots del gobernador Eruviel Avila a través de las redes sociales, sino en el mismo Coatzacoalcos, donde pensó que la justicia no habría de llegar.
Como sea, la pregunta aquí seguirá siendo, ¿sirve de algo la expulsión de Duarte del PRI?
Usted tiene la mejor respuesta.
Al tiempo.
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