Antes de que termine diciembre (antes de que, por ejemplo, se celebren los XV años más famosos de la historia del mundo, los de Rubí, el 26 de este mes en un rancho de San Luis Potosí, ¡todos estamos invitados!)… bueno, antes de que termine diciembre, decía, la Legislatura local deberá presentar al titular del Ejecutivo una lista con 10 prominentes abogadas y/o abogados. Con esos nombres, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares deberá conformar una terna que regresará al Congreso estatal, para que a partir de ella sea seleccionado quien será el Fiscal General del Estado que completará los siete años que dejó inconclusos Luis Ángel Bravo Contreras y sustituirá definitivamente al actual encargado, el licenciado Jorge Winckler Ortiz (que podría ser él mismo, porque no tiene impedimento legal para ser ratificado, si fuera el caso).
Y apenas empezado diciembre, ya circula profusamente el primer nombre que podría ser incluido en esa decena mágica, el del licenciado José Lima Cobos, un experimentado político de la antigua escuela (a estas alturas de la ciencia médica ya no podemos hablar de vejeces).
Y por… hum… experimentado, Lima Cobos completa con creces los requisitos que la Constitución local y las leyes piden para el puesto.
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Veamos:
Debe el Fiscal tener una experiencia de cuando menos cinco años como abogado. Veo la cédula profesional otorgada por la SEP a José Lima Cobos, y encuentro que fue expedida el 23 de agosto de 1971, con lo que cumple hasta siete veces con el requisito mínimo de antigüedad.
Bueno, ser nativo de Veracruz está fácil para él, porque sus ojos de bebé vieron la primera luz reflejada en el espejo luminoso de la laguna de Tamiahua, que aunque está en el norte profundo, es jarocha intensa y cierta. [“¿Dónde es Tamiahua?”, me preguntó hace años mi hija pequeña, y yo le respondí recitando casi íntegro lo que recordaba del artículo de Wikipedia que trae ubicación geográfica, coordenadas y mil datos más. Ella, paciente, esperó a que terminara mi relación de las cosas, y me aclaró: “No, papi, yo lo que quería saber es “¿Dónde está mi agua?”].
Ya en el asunto de la honestidad, José Lima Cobos presentó por primera vez su declaración patrimonial en 1977, con una modesta relación de bienes materiales. Y desde aquellos lejanos tiempos, la siguió presentando en los mismos términos, sin necesidad de tener que explicar ningún enriquecimiento sospechoso, porque nunca cayó en los excesos de la corrupción escandalosa, como fue moda en los pasados 12 años en Veracruz. A ese documento, él puede adosar los que completarían su 3 de 3, pues no tiene intereses personales o familiares que ocultar o preservar.
Un punto más a su favor, es que Pepe Lima Cobos no se identifica con ningún grupo político, por lo que de llegar al puesto lo haría sin compromisos y sin tener que dar cuenta a nadie de su actuación, que no sean los ciudadanos veracruzanos y la Ley.
Ahí está el primero. Ya veremos quiénes se van sumando a esta lista de notables, que ha empezado con una carta que, en el papel, se ve bien, atingente, impecable.
Digamos que empezó bien la lista… a ver si luego no la quieren echar a perder.
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