En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein (1879-1955)
Hay crisis. La emergencia financiera del gobierno veracruzano se palpa, se vive día a día. El saqueo fue mayúsculo y significó la devastación, el deterioro profundo del presente con una estela de angustia, desolación y podredumbre por la que debe transitar nuestro futuro inmediato.
Ese es el escenario en que se moverá el ejercicio público de un gobierno que despertó altas expectativas, un gobierno de alternancia puesto en los reflectores de una sociedad que a pesar de las suspicacias, tiene la esperanza de que se generarán las condiciones para recomponer las circunstancias que marcan nuestra larga y oscura travesía fidelduartista.
Precisamente por ello, la nueva administración puesta en el laberinto de los problemas existentes, deberá entender que hacer frente a esta realidad para cambiarla, involucra marcar diferencias desde el comportamiento de sus miembros. Ante el panorama de desastre la vara está en el piso, lo bueno que se logre será sin duda un triunfo, pero no debe ser la autocomplacencia y el conformismo la ruta de trabajo ante un estado postrado por el dolor y la incertidumbre, se requiere un esfuerzo mayúsculo individual y de grupo, una voluntad a prueba de fuego para sobrellevar las adversidades, las críticas y un marcador en contra como lo es el tiempo.
Las capacidades, la experiencia, el compromiso, y como dice Einstein la imaginación, deberán respaldar una nueva actitud administrativa que se haga evidente en cada uno de los espacios que se cubran con los nuevos equipos; habrá que considerar el escrutinio y apoyo de los servidores públicos que por años han estado en el desarrollo de las diferentes funciones y promover que los procesos de cambio no se queden en personas, sino que principalmente se manifiesten en hechos y actitudes que permitan convocar los mejores esfuerzos.
En la crisis se medirá el tamaño de la apuesta del gobierno de la alternancia frente al conjunto social, dejando claro que no se reeditarán los actos que tanto se criticaron; frente a la insolencia que acuñó los compadrazgos y la ineptitud como norma en la acción pública, debe oponerse con solvencia la garantía de que los servidores públicos que toman los encargos actuarán con capacidad, entusiasmo e imaginación siempre dentro de la ley.
La crisis financiera tendrá que sortearse con el manejo eficiente y sobrio de lo escaso, con la aplicación puntual y transparente. Son muchos los miles de millones saqueados del patrimonio público, lo que refleja nuestra innegable crisis institucional producto de la arbitrariedad y el cinismo, en esta otra crisis tampoco se pueden tener dilaciones o cometer errores; cambiar el rostro institucional no es solo retocar las apariencias o modificar la imagen, es antes que cualquier otra cosa una cuestión de fondo donde la mesura, la inteligencia y la entrega se hagan presentes.
Pasan los días y el reloj marca en contra del quehacer del gobierno de la alternancia, el bono de la esperanza puede ser tan fuerte como se estimule con mensajes y actos que reivindiquen que se tiene competencia y coordinación para enfrentar la tempestad, o tan débil como que el trabajo que se realice no responda a las expectativas que se tienen, es básico pero es indudable.
La capacidad de la nueva administración para convocar los respaldos sociales y políticos que le brinden la oportunidad de encontrar las alianzas para enfrentar la emergencia, es otro pendiente que debe estar permanentemente en la mesa de un equipo gobernante con un ejercicio público a la altura de las circunstancias, sin olvidar que la magnitud de la problemática obliga a buscar las coincidencias y los más amplios acuerdos de trabajo para cumplir y cumplirle a la ciudadanía. La política, su ejercicio, debe hacerse presente y lograr que todos los esfuerzos se conjuguen para rescatar a Veracruz, ya.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Duele y avergüenza que con sus resultados, PISA nos repruebe en Matemáticas, Lectura y Ciencias. |