La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas no fue lo que los periodistas esperaban. Para empezar no fue comprendida, no se entendió para qué servía. Muchos compañeros pensaban que dicha comisión sería un chaleco antibalas pero no lo fue; a pesar de dicha comisión muchos periodistas siguieron muriendo. La CEAPP tampoco tenía la facultad de entregar charolas para periodistas que una vez que se mostraran a los policías agresores, estos se disuadieran de agredir, como si Drácula viera una cruz y se alejara. La CEAPP tampoco encontró los mecanismos para obligar a los dueños de medios de comunicación, la mayoría no periodistas, a que mejoraran las condiciones de trabajo de los periodistas o a que mejoraran su sueldo.
La CEAPP tampoco consiguió que el gobernador respetara al gremio periodístico. Al gobernador, en un principio sólo le interesó quedar bien con los dueños de los medios. Se gastaron millones de pesos poniendo guardias de seguridad a Óscar Rodríguez, director de AZ y a José Abella, director del Buen Tono. Pero para los periodistas amenazados, sólo se presupuestaba el dinero para una caja de muerto y una corona de flores.
Con la excepción de unos cuantos, que sí hicieron algún trabajo de promoción y de fomento a la seguridad del periodista, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas sólo fue una oficina a la que algunos periodistas “selectos” podían ir a cobrar una buena lana. Ahí está el ejemplo de Norma Gibb, quien no se presentaba a las reuniones convocadas por la presidencia, pero siempre recibía su pago. Ahí está Rogerio Pano de quien no se sabe qué carambas hizo por los periodistas en esa comisión.
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Conocedor de que la CEAPP es poco menos que una pista de aterrizaje para aviadores “VIP”, Pepe Valencia, después de que se vino abajo su castillo de naipes, pues pensaba primero que iba a ser Coordinador de Comunicación Social, después que Jefe de Prensa, luego que iba a coordinar prensa en el Congreso, luego que en alguna Secretaría y al final, cuando ya no le quedaron opciones, pues pensó en la CEAPP, donde podría aterrizar él y, ¿por qué no?, algunos de sus cuates.
No es la primera vez que Pepe y sus cuates andan buscando vivir del presupuesto. En una reunión de la ACOVER, asociación de periodistas que antes fue APEVER, en la primera reunión que presidía Pepe Valencia, se tocó el siguiente tema: “Se sabe que hay un presupuesto de gobierno del estado para organizaciones periodísticas”, dijo alguien. “Cierto, el gobierno está obligado a apoyar a la organización de periodistas más grande del estado”, dijo otro. “Por eso urge ser asociación civil”, dijo uno de la mesa directiva.
Yo miré al periodista Édgar Hernández y le dije: “Entonces lo que quieren estos es vivir del presupuesto, pegarse a la ubre”.
La CEAPP no es una comisión para alguien que sólo anda buscando chamba; la CEAPP no es un premio de consolación (en caso de que Yunes Linares quiera dar ese premio a Pepe Valencia, cosa que veo muy lejana); la CEAPP no es un botín.
Aparte de todo esto, e independientemente de los más de 40 años que tiene Pepe Valencia como periodista, muy respetables por cierto, uno es el momento, uno es el ahora, uno es la suma de esos 40 o 20 o 10 años; uno no es esos 40 años. Pepe Valencia ha buscado infructuosamente ser de todo. Estaba bien como director de Diario de Xalapa pero alguien le vendió la idea de que podía ser alcalde de Xalapa, y quedó en cuarto o quinto lugar, ya no recuerdo. Fue candidato del PRD para otros cargos de elección popular, quiso ser independiente y no lo dejaron. Quiso ser el encargado de prensa de la campaña de Héctor Yunes y fue otro. Aun así elogio a Héctor Yunes, quien no le dio nada. Ya al final de la campaña volteó a ver los ojos azules de Yunes Linares y empezó a elogiarlo. Vendió a un grupo de tontos la idea de que él iba a ser el Coordinador de Comunicación Social en el gobierno de Yunes, pero no tenía ninguna posibilidad.
Ahora que ya no tiene nada que perder, busca aunque sea la CEAPP para no verse tan perdedor.
Yo no he mostrado mi apoyo a nadie para la presidencia de esta comisión, ni siquiera por mi amiga Vicky Durán. Tampoco busco la presidencia de esta comisión. Yo prefiero esperar a que se defina bien la permanencia o no de la CEAPP y una vez que se decida si habrá de continuar, pugnar para que se reestructure, para que se defina bien y para que se fortalezca.
Aparte. ¿Ha leído usted las últimas columnas de Pepe Valencia, ya en el sexenio yunista? Algunas parecen cartas de amor: “Los tiempos de Miguel Ángel de hecho se iniciaron el 5 de junio, cuando, igual que el legendario héroe de efímera y a la vez gloriosa vida, el aguerrido Aquiles, vencedor de Héctor, Yunes Linares defenestró al PRI”/ “Si desempeña un buen gobierno, como todo indica que lo hará y capitaliza mediática y políticamente sus obras y acciones, júrenlo ustedes que Miguel Ángel Yunes es y será un formidable prospecto presidencial y su figura crecerá vertiginosamente en los próximos meses”.
¿Al que escribió esto lo quieren para que los defienda en la CEAPP?
Armando Ortiz
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