Y es que nos preguntamos, acaso el Gobierno Federal pudo contener por sí mismo a la turba que generaron los llamados de mentes enfermas y perversas que a través de redes sociales convidaron a la población a delinquir, a saquear, a hurtar, y a presentar una cara de una sociedad veracruzana, verdaderamente carente de valores, rapacidades exhibidas, y que pretendieron generar caos, desorden, anarquía, para entonces y solo entonces, encontrar a un gran salvador de la patria, uno que pudiera salir a defender lo indefendible.
La realidad es que no, pues ni con los llamados a misa del presidente y todo su gabinete disque operando lograron resolver las cosas como se hiciera en la entidad.
Pero no, la urgencia y la inmediata atención llevó al gobernador en funciones a ejecutar acciones que quizá vayan más allá de su atribución directa, pues para todos es conocido que el mismo en su afán de volver las cosas a su estado, se apersonó el mismo en una tienda de la zona norte del puerto para corretear y detener a la turba enloquecida.
Pero lo que no debemos dejar de lado, es que para el titular del Ejecutivo, una cosa no se perdió del horizonte, y es la aplicación irrestricta de la Ley, y así con la norma en la mano, habrá de castigarse a todos aquellos que les pareció simpático y hasta excitante andar con familia y todo, realizando dichos actos, que en muchos de los casos ojalá les cueste la sentencia máxima de 30 años de cárcel.
Y es que pretender hacer como no pasó nada, no es la función asumida por Yunes Linares, él sabe, mejor que nadie, que para vivir en una sociedad moderna y civilizada, se debe ante todo respetar el estado de Derecho, sus instituciones y mostrar una conducta coherente con su investidura.
Su capacidad de mando para la ejecución de acciones en donde la ley se habrá de aplicar queda más que demostrada, apenas sentenció que no permitirán, ni un chantaje más como intentaron algunos al cerrar la Presa Yuribia, abrió la posibilidad a retomar ese estado de derecho trastocado durante los últimos 12 años -en ese afán enfermizo de mantener el orden y control para un determinado grupo- que pretendió enquistarse cual cáncer en el gobierno y por ende parar de cabeza a nuestra sociedad.
En Veracruz somos más que una bola de desadaptados, vándalos, y delincuentes.
En Veracruz hemos sido siempre ejemplo de solidaridad humana.
Veracruz es orgullo nacional por sus gestos y actos heroicos en la defensa de nuestra patria, y no por padres y madres irresponsables que por no educar a sus hijos, hoy se lamentan de que pasarán sus mejores años tras las rejas, pero que llegado el momento, fueron incapaces de castigar u orientar a ese segmento poblacional que hoy habrá de pagar los platos rotos que sus actos desencadenaron.
En Veracruz se aplica irrestrictamente la Ley y a quien no les plazca o parezca ya se puede comenzar a largar de la entidad, pues una cosa es protestar por cualquier tema, y otro pretender desestabilizar al estado, y lo que aquí observamos, tenía tirabuzón, y eso que no estamos en pleno partido de beisbol.
Sextante
Mucho se ha manejado el nombre de Renato Alarcón, actual delegado del ISSSTE en Veracruz rumbo a la Candidatura del PRI por la alcaldía de Xalapa, es para todos sabido que Renato es un garbanzo a libra para el tricolor en estos tiempos donde la animadversión está al tope. El tricolor en estas elecciones está no necesitado sino urgido de personajes como Alarcón que seña buenos activos y que garanticen una buena participación en la contienda, limpio y con buena imagen, que no cobro ni una sola quincena en el gobierno de Javier Duarte y que nunca se relacionó con el hoy prófugo. La contienda estará difícil pero no imposible pues de los candidatos que han sonado es el que mejor se ajusta al funcionario honesto, sencillo y con un gran don de servicio que necesita el PRI. Para constatar el cariño y aceptación que Renato tiene entre la gente basta con echar un ojo a sus redes sociales.
Al tiempo.
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