Eso es lo que tuvo el político de Cotaxtla, Felipe Amadeo Flores Espinosa, un acto de dignidad, al renunciar a la dirigencia estatal del PRI con carácter de irrevocable y así mandar al diablo a quienes, desde la cúpula del poder federal, siguen protegiendo, dando impunidad y permitiendo todo tipo de pillerías a esa nueva camada de políticos que surgieron al amparo de la primera derrota presidencial de ese partido, cuando Vicente Fox, en complicidad con Ernesto Zedillo, arribó a la Presidencia con las siglas del PAN para dar vida a la alternancia en el poder.
Los estados gobernados por priistas se convirtieron en feudos infranqueables; el gris y blandengue presidente Fox, que no controló ni a su amante la señora Martha María Sahagún, en vez de demostrar autoridad del federalismo que representaba, se convirtió en títere de las ambiciones irrefrenables de los señores feudales, como Fidel Herrera Beltrán en Veracruz, y cayó en sus brazos entregando todo lo que le pedían a cambio de alabanzas y elogios falsos que le hacían sentirse bien; admirado, querido y apapachado, cuando lo que hacían era agarrarlo de maje para obtener pingües ganancias, recursos que se exigían para programas de gobierno pero sin control, los cuales iban a parar a las cuentas personales de los gobernadores y sus cuijes.
De ahí, de esa cultura del saqueo al erario vienen Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, José Antonio Meade, Fidel Herrera, Javier Duarte y todos los chamacos que han participado en los dos últimos gobiernos. Adolescentes humildes cuando se incorporaron y hoy jóvenes millonarios mafiosos.
¿Qué significa gobernar, para qué es el servicio público, qué es tener vocación de servicio, qué significa el compromiso social, qué tan importante es honrar un juramento hecho al asumir una función, cómo se administran los recursos públicos que son de los impuestos del pueblo para regresarlos en obras? Todas esas preguntas y otras más que son regla elemental para poder aspirar al poder y, al llegar, saber cumplir, no las sabían los chamacos, o las ignoraban porque de quien aprendieron según ellos el oficio de la política no las consideraba, al contrario, se dedicaba a violar todas las reglas del oficio político y de una adecuada administración pública.
Esos chamacos que han traicionado los principios de la honradez y la honestidad y que por lo mismo no conocen de valores y principios, son los que cometieron cualquier cantidad de abusos al amparo del poder, destruyeron un estado (en el caso de Enrique Peña, un país) y ahora que el destino los alcanzó no se resignan a entender que el poder, ese que adquirieron mediante trampas, crímenes, compra de autoridades electorales, compra de conciencias, ya se les acabó. El problema que tienen para poder digerir su nueva realidad es que cuentan con la complicidad absoluta del presidente de México, Enrique Peña, quien al ser igual que ellos y a cambio de quién sabe qué, les ha tendido su manto protector para que las demandas que hay en su contra duerman el sueño de los justos en los anaqueles de la PGR y sigan disfrutando de sus riquezas mal habidas y de la impunidad… pero lo más peligroso, que sigan interviniendo en la política interna del estado con la complicidad de otro corrupto, del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien entregó el PRI veracruzano a cambio de un convenio económico con el exgobernador de Oaxaca, José Murat (quien ofreció financiar con recursos del erario del estado que gobierna su hijo, todas las actividades del PRI veracruzano, además de pasar una lana al nacional, para Ochoa Reza), en otras palabras compraron los chamacos fieles la franquicia del PRI estatal.
Y como con ese tipo de corruptos no puede tratar ni negociar políticamente Amadeo Flores, decidió renunciar al cargo y dejarles el paso libre a los chamacos de la Fidelidad, que regresan de esta manera a Veracruz para lanzarse contra el gobierno panista que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares… y a hincharse de billetes con la venta de candidaturas a las alcaldías. ¡De locos!
La renuncia de Amadeo
Y en entrevista que concedió a los conductores del programa “Polaca a la Veracruzana”, los periodistas Raymundo Jiménez García, José Ortíz Medina y un servidor, la noche del pasado lunes Amadeo Flores Espinosa dio a conocer que, en vísperas de que inicie el proceso electoral para renovar alcaldías, el presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, había aceptado su renuncia, con carácter de irrevocable, comentando que espera que en los siguientes días se dé el relevo en el Comité Directivo Estatal.
“Hace unos días –nos comentó– le presenté mi renuncia al presidente con carácter de irrevocable… soy una gente que trabaja, que vengo de una formación política de hace muchos años, sé servirle a la sociedad, he estado en muchos sexenios trabajando, nadie nos puede decir que hemos actuado de mala manera.”
Hay que manejar los tiempos
Y fue claro al confesar que la gota que derramó el vaso de agua y que lo impulsó a renunciar fueron los fidelistas que hicieron presión al líder nacional, confirmando lo que ya hemos publicado en el sentido de que personajes como el exgobernador José Murat Casab, estuvo presente el pasado 6 de enero en aniversario de la Ley Agraria en Veracruz, de la mano de Érick Lagos, Édgar Díaz o Marlon Ramírez: “Nosotros no podemos estar ahí, estamos luchando porque el partido busque gente seria, y vienen personas que ya todos conocemos, y los veracruzanos no podemos permitir eso, por lo menos, yo no”.
Señaló enfático que él llegó a la dirigencia estatal por instrucciones del Comité Ejecutivo Nacional y no por s del exgobernador Javier Duarte, nunca quise “empoderar en el partido”.
Dijo que habló con Héctor Yunes, a quien le confesó que una vez perdida la elección tenía que renunciar; “pero no te vayas como las chachas”, le contestó el senador y excandidato a la gubernatura, de ahí que fuera ratificado para enfrentar el proceso electoral para alcaldías, pero “los grupos empezaron a moverse”.
Señaló que es tiempo de buscar nuevos cuadros, no importa si son jóvenes; señaló que son muchos los grupos que quieren participar en la renovación, “pero lo que no podemos permitir es que se lastime al partido”.
Afirmó que esta misma semana se definirá quien lo suceda, ya que los tiempos electorales ya corren.
Perdimos por lo que hizo el gobierno
Haciendo un poco de historia Amadeo aclaró que “una vez que se perdió, todo mundo se fue a un rincón a maldecir, lo que hicimos nosotros fue ponernos a trabajar, nos reunimos con todos, excepto con dos que no fueron… Perdimos porque era insoportable lo que se estaba haciendo en el gobierno durante mucho tiempo, ya no podemos decidir al arbitrio… que los candidatos no los impongan, hay muchos que quieren participar”.
El aún dirigente exhortó a los priistas a estar unidos, que en cada municipio se decida quiénes serán los candidatos, “que no los pongan los constructores, que ya no se decida desde Xalapa, hay mucha gente que quiere participar, el partido está vivo”.
No puedo estar en un partido donde cada decisión sea recurrida por los grupos “que están hablando… y no me quiero meter con nombres, todos los días salen en las columnas y en las redes sociales”.
Reflexión
“No descartan despidos en el Congreso”, dice la cabeza de la nota, pero al leer el texto se nos vino abajo el entusiasmo, se trataba de la campaña de despidos masivos de trabajadores o burócratas, no de diputados indeseables como hubiera sido el caso de Juan Manuel del Castillo, Vicente Benítez, Carlos Vasconcelos o Ángela Soto Maldonado, todos ellos reconocidos corruptos saqueadores que lo único que merecen es una celda de altísima seguridad. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com |