No, no somos pobres. Veracruz, usted lo sabe, es un estado rico, uno de los más ricos de la nación. Tenemos recursos naturales abundantes, pero sobre todo tenemos la riqueza de nuestro carácter, de nuestra alegría, de nuestros talentos y de nuestra capacidad de trabajar.
La imagen del jarocho picaresco y huevón (usted perdone el término) es tan injusta y tan apartada de la realidad como la del mexicano inútil, sentado al lado de un nopal y arropado con un sarape y un sombrero.
Pero la depredación del fidelismo-duartismo fue de tal magnitud, que ahora todos tendremos que sacrificarnos y esforzarnos por años para volver a tener la calidad de vida y la paz que nos merecemos como el pueblo bondadoso y productivo que somos.
No sé qué tanta información tenga, pero sí le puedo contar que nos hemos ido levantando poco a poco, que cesó la rapiña, que ya empieza a haber medicinas en los hospitales, que los delincuentes ya no pueden ejercer su maldad con la misma libertad de antes, que se han empezado a pagar -esforzadamente- las deudas.
Sé que usted es contestatario por naturaleza y talante, pero estará de acuerdo conmigo en que es la hora de que todos trabajemos juntos por sacar a Veracruz del abismo, no la de criticar mezquinamente el esfuerzo que estamos haciendo.
No le pido una patente de corso para el nuevo Gobierno estatal ni para el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, pero sí le solicito que participe con nosotros en la cruzada por la reconstrucción.
Y que lo haga con el mismo fervor con el que criticó a los sátrapas.
¿A poco no sería excelente para el escenario de nuestro Veracruz depauperado una carta firmada otra vez por mil intelectuales de todo el mundo, pero ahora solicitando que regrese el Hay Festival?
Sería un reconocimiento magnífico y magnánimo que daría al traste con la idea de que el tal movimiento de 2015 fue solamente para llevarse los frutos pródigos del Hay Festival para la ciudad de México, porque los intelectuales chilangos piensan que sólo ellos merecen ese tipo de eventos.
Su padre, don Luis Villoro -a quien tuve el placer de conocer alguna vez en Xalapa. presentado por otro robusto filósofo que usted bien conoció, el padre José Benigno Zilli-, fue un hombre de gran corazón y sobre todo una persona justa. Al leer la calidad de lo que usted escribe quiero pensar que heredó de él esas mismas virtudes.
Ande, Juan: recuerde el afecto de sus amigos xalapeños; tome en cuenta la devoción de sus lectores veracruzanos, que no son pocos; súmese a nuestra causa y a nuestra reconstrucción integral.
Acá le estamos entrando con ganas a la hazaña, y lo hacemos con la alegría que nos caracteriza porque no en balde dijo Lara que sabemos sufrir y cantar.
Sea usted dichoso también, al participar como invitado al banquete.
sglevet@gmail.com
Twitter: @sglevet
Facebook.com/sglevet
www.journalveracruz.com |