Hace pocos días, el primero al que el gobierno yunista alcanzó encarcelar, fue a Leonel Bustos, ex responsable del Seguro Popular, oficina que durante el sexenio anterior se convirtió en una verdadera cloaca, desde donde se dispuso a discreción de al menos 2 mil 300 millones de pesos. Sin embargo, el gozo se fue al pozo, porque Leonel consiguió un amparo que a unas horas de su reclusión lo puso en libertad. Severo revés para Winckler y tremendo golpe para su jefe.
La segunda gran detención, consumada ahora contra Bermúdez Zurita, reveló desde el principio una maniobra sorpresiva instrumentada por la Fiscalía para tomar mal parado al ex funcionario duartista y conseguir su encarcelamiento. Pese a ello, también en cuestión de horas sus abogados anunciaban su pronta puesta en libertad.
Tal posibilidad le motivó una sonrisa al gobernador Yunes Linares, sonrisa que el fiscal Winckler seguramente no compartió, porque, al contrario, se le han visto vivir horas de apuros y angustia, intentando a toda costa desvirtuar las gestiones de los abogados de Bermúdez Zurita, enfatizando ante la opinión pública que no debe ni puede recuperar su libertad y, lo último, exhortando a la sociedad a participar y acumularle acusaciones al ex titular de la SSP.
Lo que sucede, trasluce el endeble papel del fiscal Winckler, quien ayer resultó favorecido con la presencia en sus oficinas de los padres de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca en enero del año pasado y que acudieron para presentar una nueva denuncia contra Bermúdez Zurita, denuncia que debidamente trabajada le podría significar a Winckler una tabla de salvación. ¿Oportuna pues, no, esta denuncia?
DESATADA LA DELINCUENCIA
Escribimos ayer sobre la percepción que permea ya en torno a una fallida actuación del nuevo gobierno estatal. Citamos la obvia responsabilidad mayor que le recae al gobernador Yunes Linares, pero también advertimos que al mandatario le estarían fallando no pocos de sus colaboradores.
En este contexto, cabría evaluar la tarea de Jaime Téllez Marié, a quien como secretario de Seguridad Pública todos los días se le presentan hechos delictivos que ponen en tela de juicio la responsabilidad preventiva que le atañe a esa dependencia.
El propio gobernador Yunes Linares ha tenido que salir a dar la cara en reiteradas ocasiones para intentar explicar qué ocurre en Veracruz, donde la delincuencia está desatada y la violencia se recrudece. Dice el mandatario que vivimos las consecuencias de luchas entre grupos organizados, lo que de nada sirve para frenar matanzas, asaltos, etcétera. Se requieren soluciones y no justificaciones.
¿Tendremos hoy en Yunes Linares y Téllez Marie un símil Duarte–Bermúdez? Ojalá que no, que esta vez sí haya sensatez en la cúspide política para cambiar lo que se tenga que cambiar y combatir con severidad y eficiencia la inseguridad, que es la mayor demanda de los veracruzanos al gobierno yunista.
SURGEN LAS AMENAZAS EN EL COLVER
En medio de la podredumbre interior que ha sido descubierta a la opinión pública por la comunidad del Colegio de Veracruz (Colver), incluyendo la existencia de alrededor de 70 “aviadores” y el manejo discrecional de varios millones de pesos mensuales por parte del rector duartista Eugenio Vázquez –vinculado estrechamente al corrupto ex secretario de Educación, Adolfo Mota-, ahora, de manera muy lamentable, empezaron a darse las amenazas telefónicas.
El antecedente se encuentra en la denuncia pública que hizo el catedrático Jorge Rebolledo Flores, quien se atrevió a declarar que entre las irregularidades que se le achacan a Eugenio Vázquez, se cuenta el gracioso regalo de títulos de Maestría en Políticas Públicas a favor de Arturo Bermúdez Zurita y Edgar Spinoso Carrera, no obstante que el propio Rebolledo Flores los reprobó en su clase, por incumplir tareas y plagiar textos.
“Desde ayer empecé a registrar llamadas a mi teléfono, no puedo visualizar el número, está bloqueado, me hablan y hablan, no contesto y es una forma de intimidación. Antes de ayer no pasaban esas llamadas. Temo por mi seguridad laboral, la de mis compañeros y personal”, declaró este miércoles el académico.
Ayer jueves continuaron paralizadas todas las actividades en el Colver, situación inédita e inadmisible para esta noble institución de educación superior. Resulta insoslayable que el gobierno estatal asuma ya una decisión pronta y acertada, acorde a lo que demandan investigadores, académicos, alumnos y el personal administrativo. Lo consignamos ayer: el problema tiene nombre y apellido.
NUMERALIA
1.- Hasta anoche seguía en calidad de desaparecido Martín Castillo Calipa, gerente estatal de la Conafor, quien el martes pasado luego de sostener algunas actividades en su oficina, al parecer viajó por la zona entre Atzalan y Tlapacoyan, desconociéndose desde entonces su paradero. Ayer viajó a esta capital Víctor Hugo Reza, coordinador nacional de gerencias estatales de la propia Conafor, quien vino expresamente por encargo del director general, ingeniero Jorge Rescala Pérez. El funcionario se entrevistó aquí con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, para conocer los avances de la búsqueda que se hace de Castillo Calipa, un joven veracruzano, no mayor de 40 años de edad, originario de Tezonapa y de quien se desea su pronta aparición sano y salvo. Hasta anoche mismo, esta esperanza subsistía viva.
2.- Parece que a los xalapeños nos quieren dar menuda sorpresa con el tema de la construcción de líneas de gasoductos. Es un asunto que el anterior ayuntamiento rechazó, pero tal parece que motivos de peso podrían intentar de nuevo poner bajo nuestros pies esa bomba de tiempo. Vamos a investigarlo y descubrir quién y por qué está favoreciendo el interés particular de una empresa por encima de la seguridad de la vida y el patrimonio de los xalapeños.
3.- Hiram Suárez Villa, secretario de Salud, ofreció ayer un gran ejemplo de la transparencia con la que se trabaja hacia la sociedad en el gobierno yunista. Seguramente con su beneplácito, alguien filtró el documento donde presenta denuncia contra ex antecesores suyos y otros ex funcionarios duartistas vinculados al sector Salud y al escándalo de los medicamentos falsos. Como si fuera un asunto menor o, de plano, como si no fuese importante informarlo a la sociedad con la formalidad y el rigor debidos.
4.- Antes eran robos de frutsis y pingüinos. Hoy son robos de 2 a 17 mil pesos en bancos. ¿Y eso qué quiere decir? ¿Acaso vamos bien y viene lo mejor?
gabrielarellano_hechos@yahoo.com.mx / www.revistahechos.com.mx
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