El primer caso concreto de corrupción que se le presentó al actual gobierno del cambio, a la administración de Miguel Ángel Yunes Linares (Mayuli), lo tomaron con total indiferencia, al grado de que ni siquiera han dicho que el titular de la Secretaría de Salud, es inocente de los señalamientos que se le hacen.
Pero además el sistema de salud en Veracruz sigue con carencias en medicinas y materiales, y de equipo para la atención de los pacientes.
José Kirsh Sánchez, diputado presidente de la Comisión de Salud del Congreso del Estado, sólo hace declaraciones, pero de ninguna forma propicia que se esclarezcan los señalamientos de corrupción hechos, aún cuando existen sustentos.
La Secretaría de Salud debe realizar las licitaciones públicas de forma abierta y transparente para evitar que haya, siquiera, esbozos de corrupción, afirmó.
Pero sus palabras no las respalda con acciones, si no con pasividad cómplice. José Kirsch es parte de la bancada del PRD y lo más probable es que nada hará.
Miguel Ángel Yunes deja que su palabra empeñada se vaya desgastando con este caso que crece y no se atiende.
El 30 de enero de este año, Mayuli señaló que el sistema de salud de Veracruz estaba “enfermo de corrupción, de abandono y desorden”, por lo que se debía curar por medio del trabajo a la luz pública, la transparencia y con recursos recuperados que se destinen al beneficio de los habitantes.
Pues bien, el enfermo sigue grave, y con nuevos síntomas, porque a la corrupción heredada se le suma la de este sexenio.
El trabajo a la luz pública no se ha atendido y no existe transparencia de como se opera ahí.
Vaya, la situación es tan cerrada en los Servicios de Salud de Veracruz, que el subsecretario de Salud, el panista Tito Delfín Cano, prefirió salir huyendo en cuanto pudo, para ocupar una curul en el Congreso del estado, la que dejó vacante el chapulín Hipólito Deschamps, quien se fue a buscar la candidatura de PAN para la presidencia municipal de Medellín.
6 de febrero, al iniciar su programa estrella “Veracruz Comienza Contigo”, Yunes Linares volvió a decir que se garantizará el abasto de medicamentos en clínicas y hospitales y la atención del personal en las unidades de salud, lo cual sigue pendiente.
Y el ataque a la corrupción también.
Los compromisos con el grupo de Jorge Aguilar Chedraui, hoy presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la Cámara de Diputados de ese estado, son muy fuertes. Irán Suárez Villa es miembro de ese grupo, al igual que su esposa, María Laura García Beltrán, hoy presidenta del DIF estatal, así como casi la totalidad de los funcionarios poblanos con los que Suárez Villa llenó esa dependencia (la referencia directa está en “Servicios de Salud de Veracruz, lleno de poblanos” https://goo.gl/LxFQA5 ).
(Por cierto, las pensiones para los adultos mayores correspondientes al 2016, que debía entregar el DIF, siguen sin pagarse, ¿porqué? https://goo.gl/iiK70B )
El señalamiento más directo de corrupción lo hizo el expanista Alejandro Cossío Hernández, dueño de la empresa Grupo NRA, quien reclamó 50 millones de pesos que el gobierno del estado se niega a pagarle y denunció que se entregaron contratos de forma directa por cientos de millones de pesos para la compra de medicamentos y para servicios de laboratorio clínico, banco de sangre y de hemodiálisis, lo cual se hizo a empresas de Puebla y México, casualmente.
Esto sólo es parte de los casi 2,000 millones de pesos que la SSA de Veracruz debe realizar de compras en este año.
Irán Suárez Villa no da la cara y Mayuli simplemente rehúye el tema; ni siquiera se ha atrevido a negar la situación, mucho menos a decir que se le pagará al proveedor y todavía más lejano aún está el poder afirmar que las compras se hacen por licitaciones publicas y en las mejores condiciones.
Hay corrupción en la Secretaría de Salud de Veracruz, y Miguel Ángel Yunes en lugar de extirpar el cáncer, deja que el mismo se expanda, además creando ejemplos para otras dependencias.
De entrada, el gobierno del estado al retirarle estos servicios a Alejandro Cossio le resultó más costoso; pero eso no importa, porque la asignación ya estaba hecha a una nueva empresa.
Por lo pronto a los enfermos de riñón los enviaron a clínicas privadas, pero a los de Tierra Blanca, donde existe una especie de epidemia de insuficiencia renal crónica, por causas desconocidas, los mandaron en autobús a Veracruz, sin importarles las molestias por esto.
Al fin y al cabo lo que menos importa es la salud de los veracruzanos, si no los dineros del presupuesto.
Y una muestra de que esto es así, es que parte de los contratos se entregaron a José Manuel Cervantes, quien fue representante de Finamed, empresa que arrendó equipo médico al gobierno del estado de Veracruz, y a la que se ligó directamente al exgobernador Fidel Herrera.
Finamed llegó de Puebla, cuando el gobernador en esa entidad era Rafael Moreno Valle.
Ahora a José Manuel Cervantes, los contratos se los entregaron vía Esterinova, también asentada en Puebla.
El reclamo de Alejandro Cossio no es el único.
Jorge Flores Martínez, en su columna “Parece que algo huele mal en la Secretaría de Salud de Veracruz” apuntaba el comentario que un amigo suyo le hizo en relación a una serie de contratos que su empresa tiene (o tenía) con la Secretaría de Salud. “En la plática me comentaba que se ha visto acosado por funcionarios de esta dependencia para que renuncie a dichos contratos sin mediar una solicitud por oficio donde se expongan claramente las causas por los que él debe renunciar a éstos, así como al cobro de la obra que tiene realizada”.
También están las amenazas y presiones al personal, y las promesas incumplidas, y los despidos injustificados, a la par que se maneja que la nomina de la Secretaría ya creció en lo que va de este sexenio.
¿Cómo?, ¿porqué?.
La Secretaría de Salud de Veracruz es un ente publico y está obligada a la transparencia y rendición de cuentas, al trabajo de calidad y al cuidado de los recursos de los veracruzanos.
Muchos caminos de la Secretaría de Salud, con Irán Suárez, van hacia Puebla.
Y en todos los que implican dinero, parecen estar pavimentados con la corrupción.
Así pues el cambio en combate a la corrupción que prometieron los místicos, sigue sin llegar.
Los terrenales suman una decepción más.
Pero ¿a alguien en este gobierno le importa lo que piensen los terrenales?.
Se ve difícil.
180 MP PARA REHABILITAR 7 KMS, ¿NO ES MUY CARO?. El 5 de marzo Julen Rementería presentó al gobernador Yunes Linares la maqueta de los trabajos de rehabilitación de 7 kilómetros del libramiento de Cardel, para los cuales se anunció un presupuesto de 180 millones (casi 200 millones de pesos, dijo Mayuli) y en un lapso de 210 días.
¿180 millones de pesos para rehabilitar 7 kilómetros, no es mucho dinero?. El promedio es de 25 millones 714 mil 285 pesos.
Creo que saldría más barato hacer la carretera nueva.
Pero además se van a tardar 210 días, casi 7 meses, casi un mes por cada kilómetro a rehabilitar, ¿no es mucho tiempo?.
Y si luego salen con que hay una ampliación presupuestal, y más tiempo, pues como que todo se verá peor.
Que el libramiento estuvo abandonado casi 10 años, es cierto, pero la expectativa de los terrenales veracruzanos es que las cosas que se hagan en el gobierno del cambio, se hagan bien, rápido y con menos costo.
Y ¿a qué empresa le dieron el contrato?.
Esta es la tercera obra que emprende Julen Rementeria.
La única obra concluida hasta ahora son 20 metros de pavimento a un costado de la caseta de policía que está al llegar a Las Trancas, en Xalapa.
A ese ritmo y con estos costos, no van a hacer mucho.
LA PERCEPCIÓN DE INSEGURIDAD DE LOS VERACRUZANOS AUMENTA. La percepción de inseguridad de los veracruzanos ya creció y se expandió, al grado de que ahora también la tiene el gobernador Miguel Ángel Yunes.
Por eso es que ya pidió que intervenga en Veracruz también la Policía Militar.
Y ante su reclamo, surge una duda, ¿cuándo van a empezar a capacitar a nuevos policías para integrarlos a la policía estatal y a la policía ministerial?.
Están teniendo un ahorro porque resulta que encontraron menos policías que los que había en la nomina de Javier Duarte.
A menos que ahora la nómina también haya crecido. |