Hasta el momento, incluyendo a la doctora Ladrón de Guevara, son cuatro los académicos que han manifestado sus aspiraciones por el rectorado de la UV para el periodo 2017-2021.
Dos prestigiados investigadores universitarios, Jorge Manzo Denes y Rosío Córdova Plaza, en recientes entrevistas por separado, han reconocido que “hay una sensación” de que la autonomía de la UV se ha visto vulnerada “dadas las relaciones estrechas que ha habido con el Gobierno del Estado”, y que, por otro lado, la universidad se ha desvinculado de la sociedad veracruzana a la que le ha quedado a deber mucho.
Entrevistado el martes 14 en el programa de TV por internet “Polaca a la veracruzana”, el doctor Manzo dijo que “sabemos que la autonomía no es total”, pero afirmó que “necesitamos seguir tendiendo las relaciones tanto con el Ejecutivo como con la sociedad, a la que nos debemos y con la cual debemos estar vinculados”.
Al mismo tiempo, el fundador y director del Centro de Investigaciones Cerebrales de la UV abundó que es necesario que en el proceso que se inicia para elegir al nuevo rector o rectora, “tengamos un mayor confianza en lo que es la autonomía universitaria que se ve reflejada fundamentalmente en la actividad de la Junta de Gobierno”.
Por su parte, la doctora Córdova Plaza, en el programa conducido por los periodistas José Ortiz, Manuel Rosete y el autor de esta columna, apuntó este martes 21 “que la universidad ha olvidado, relativamente, este deber que tiene con la sociedad”, pues refirió que “por el hecho de ser una institución de educación superior de carácter público estamos viviendo de estos recursos fiscales que la sociedad está aportando y tenemos un mandato social”.
La investigadora del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales señaló que la UV se está alejando de ese compromiso, ya que planteó que “la universidad debe ser la punta de lanza para resolver los problemas que tiene la sociedad veracruzana.”
Y al ser cuestionada sobre si la autonomía universitaria en estos últimos cuatro años se ha visto disminuida o fortalecida, consideró que a pesar de que el quebranto financiero se empezó a dar desde el 2015, cuando se les informó que dejarían de recibir 600 millones de pesos se actuó tardíamente y con dilación para exigir el pago de los adeudos.
La antropóloga social comentó que hasta un año después se presentaron las denuncias penales y que “siete meses después se nos informa a la comunidad universitaria” cuál era el estado de las finanzas, por lo que expuso que esta falta de contundencia se vio reflejada en el adeudo que arrastra la UV desde ocho años atrás así como en el establecimiento de la autonomía financiera fijada en apenas el 2.54 por ciento del presupuesto estatal de egresos.
La doctora Córdova remarcó que la consolidación de la autonomía de la UV necesariamente pasa por la autonomía financiera y, en ese sentido, criticó que después de que la pasada Legislatura ya había otorgado el 3 por ciento a propuesta del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, las autoridades universitarias no presionaron al actual Congreso local para que se sostuviera, sino que lo bajaron al 2.54%.
La aspirante a la Rectoría de la UV dijo que el gasto autorizado para el presente ejercicio fiscal es insuficiente y que por ahora no existe ninguna certeza de que en el 2023 se le asigne a esta casa de estudios el 4% del presupuesto total del estado, ya que cualquier cosa podría ocurrir en los próximos seis años.
En cuanto al aparato burocrático de la UV que sigue creciendo, dijo que éste debe ser modernizado para evitar que obstaculice el quehacer académico, y propuso revisar qué organizaciones internacionales pueden apoyar proyectos de investigación, citando el caso de países como Holanda y Canadá que financian iniciativas de este tipo.
Además, expuso que si bien los académicos deben transparentar el uso de los recursos públicos que reciben, a su juicio existe actualmente una vigilancia exacerbada por parte de la Secretaría de Hacienda para prevenir y detectar su mal manejo, lo que complica su libre ejercicio.
Córdova planteó también que la UV debe sumarse al “gran movimiento” de las universidades públicas para exigir mayores recursos, ante el recorte en las becas para investigadores y estudiantes de posgrados.
Inclusive señaló que la institución es un “monstruo come recursos”, ya que puso como ejemplo que cuando se realiza un congreso internacional, los pagos que hacen los participantes ingresan a una caja general, pero que luego es sumamente complicado identificar y sacar esas aportaciones económicas |