Acertijo: Distinga usted la diferencia entre las frases: “No me lavo las manos, pero no puedo dejar de señalar que el tema de seguridad pública se abandonó, se desaparecieron a policías municipales y se pusieron al frente a malos elementos”, pronunciada este martes por el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, o aquella atribuida a un presidente panista, Vicente Fox: “¿Y yo por qué?”.
Haga usted de cuenta que acude a un taller mecánico para que corrija un desperfecto de su automóvil. El “maistro” se tarda más de lo prometido en entregar la unidad ya arreglada y al cuestionarle por su retraso le responde: “No me quiero lavar las manos, pero no puedo dejar de señalar que el carro ya llegó con esas fallas”.
¡Claro!
¡Por eso se le encargó el trabajo! ¡Porque estaba descompuesto!
Esa es la misma circunstancia que quiere evadir Yunes Linares. ¿Que había mala policía cundo él llegó? ¿Que los mandos anteriores “abandonaron” sus responsabilidades?
¡Claro!
Pero eso él lo sabía y esa fue su principal bandera al momento de pedir el voto de los veracruzanos.
“Me comprometo a que seis meses después de que haya asumido el cargo de gobernador, los veracruzanos habrán recuperado la paz y la tranquilidad. Yo sé cómo hacerlo”, fue el discurso repetitivo de Yunes Linares durante su campaña.
Resulta que estamos por entrar al quinto mes de su gestión y no sólo no se vislumbra en el corto plazo que se vayan a acabar la inseguridad y la violencia, sino que, incluso, su tendencia es a la alza.
Al menos –claro está- que se trate de un simple problema de “percepción”.
Hoy, al percatarse de las dimensiones del problema al que se está enfrentando, el gobernador de Veracruz prefiere voltear hacia otro lado, buscar otros enemigos más “accesibles”.
Durante la inauguración del parque agroindustrial “San Roque”, Yunes Linares les prometió a los industriales de la región de Córdoba que gozarán de “seguridad jurídica” para que se animen a invertir en Veracruz y les ofreció que no permitirá que “grupos sociales” bloqueen carreteras, tomen casetas de peaje o amenacen con frenar el desarrollo de Veracruz.
O anda perdido, o quiere despistar a los inversionistas.
Esos no son los problemas que los grandes capitales perciben en Veracruz, por los que se llevan sus inversiones a otros puntos del país. Lo que ellos ven es una creciente inseguridad, la proliferación de bandas dedicadas a la extorsión, a los asaltos (atracos millonarios, no esos de “cien pesos y una Coca Cola”) y al secuestro.
Lo que perciben es que el nuevo gobierno no ha cumplido en materia de seguridad y es por eso que se muestran reacios a poner en peligro su dinero.
Los bloqueos de carreteras y la toma de casetas se solucionan fácilmente. Sólo basta con atender a esos “grupos sociales” que lo único que le piden a las autoridades es que los atiendan, que los reconozcan como mexicanos y les respeten sus derechos.
Yunes Linares tiene toda la razón cuando señala la corrupción e ingobernabilidad que se vivieron durante los años recientes, pero ya no puede seguir utilizando ese discurso como justificación para su propia ineficiencia.
Como diría el empresario Alejandro Martí: “Si no pueden, renuncien”.
* * *
Epílogo.
Nació con mal fario la nueva directiva de la Comisión Estatal para la Atención y Protección a Periodistas. Este martes se presentó ante el Congreso local la notificación de que dos de sus comisionados (Mussio Cárdenas Arellano y Raúl Arróniz de la Huerta) presentaron sus renuncias al cargo que ostentaron apenas por unas cuantas semanas. Y no sólo eso: La legisladora local Maryjose Gamboa insiste en que desaparezca dicha Comisión, pues en su opinión “no tiene razón de ser”. Bien dicen que lo que mal empieza… mal acaba. *** A propósito de inseguridad, el gobernador debe estar “percibiendo” que ésta sigue sin control en la zona de Córdoba, pues anunció la llegada de ¡50 elementos más! (policías estatales, por supuesto). Y es que, justo cuando el gobernador encabezaba un acto en el palacio municipal de Córdoba, un grupo de sicarios, que no se solidarizan con el mandatario estatal, le echaron a perder la fiesta, pues ejecutaron de varios disparos a un carnicero en el peligrosísimo mercado Revolución. *** Eso sí: Yunes Linares les aclaró a los cordobeses que no tienen porqué perder el sueño, pues “las estadísticas oficiales señalan que paulatinamente los delitos del fuero común vienen disminuyendo aun cuando las ejecuciones están a la alza”. *** ¿Lo ven? Sólo se trata de esas malditas “percepciones”.
filivargas@gmail.com |