En México no pasa nada y todo es posible. Es preciso trabajar, pero trabajar cansa. Las leyes están para ser infringidas, para aplicarse sí, con todo rigor, a quienes no tienen ni en qué caerse muerto aunque así anden la mayor parte del tiempo, subsistiendo, esperando que cambie el mundo, el país, el terruño, la pinche -¿suave?- patria. Porque aquellos que les sobra para sobornar, quebrantar la ley (ésta tiene muchas fisuras por donde se cuela la impunidad, el juego de la corrupción), no les importa ni madres su propia madre mucho menos el país. Por desgracia, éstos son los que controlan a México. ¿Pruebas? Será difícil encontrarlas, puesto que todo está amañado. ¿Cómo salir del atolladero? Abramos tantito los ojos, despertemos. Que no nos digan, que no nos cuenten. El chiste es cambiar pero en serio. No nada más cambiar las fotos del presidente, gobernador y autoridades en turno que cuelgan en las oficinas (¡Muera el Rey, viva el Rey!), los membretes, las denominaciones de programas, etc., y que la vida siga igual: México aparte de jodido, fragmentado frente a un crimen organizado y autoridades y políticos y empresarios coludidos. ¿Será?
Luis Carlos Ugalde expresó que “es más difícil combatir la corrupción que al narcotráfico, porque nuestra sociedad es muy proclive a la corrupción y tiene poca estima por la legalidad”. Nos movemos en el terreno de las obviedades que daña nuestra capacidad de asombro, de reacción ante la putrefacción, porque finalmente “corrupción” es eso y es descomposición, pudrición, podredumbre, pus, desintegración, depravación, perversión, vicio, degeneración, contaminación, hedor, deterioro, abuso… Hasta aquí pa’ no abusar de mis lectores.
Por cierto, la palabra “coludido” (complicidad) tiene 8 letras: 4 vocales (o, u, i, o) y 4 consonantes (c, l, d, d), ¿estarán coludidas? Coincidencias, pero pienso, con el novelista Víctor Hugo, que “la aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer”. Somos o no somos; estamos o no estamos. O continuamos con el juego de la corrupción y que nos lleve los pingos –Los Pinos- y la chingada.
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Está cabrón, oigo a menudo por doquier. ¿Qué hacemos? Escribió Epitecto de Frigia que la verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad. Bueno, seamos más suaves, dijo Charles Baudelaire que el amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice.
Los días y los temas
En la confrontación que se traen el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, con eso de las fuerzas armadas y otros temitas, resulta chistoso e insultante para los ciudadanos que sólo se pidan “disculpas”.
MIYULI: “Yo no estoy de acuerdo en que un desequilibrado como López Obrador continúe con esto; le exijo que le ofrezca una disculpa a los soldados y a los marinos, a los mandos del Ejército y a los mandos de la Marina”. (e-veracruz.mx).
AMLO: “Que él se disculpe con el pueblo de Veracruz, porque ya endeudó en cuatro meses, que se disculpe porque quiere imponer a uno de sus hijos a presidente municipal de Veracruz”. (versiones.com).
Así se resuelve todo en México: “Ustedes disculpen”.
De cinismo y anexas
Merlina Acevedo escribió el siguiente palíndromo que le queda muy bien a nuestras autoridades y políticos: “No dan una, don”.
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