Tiene sus positivos, no se crea. Por ejemplo, está mejor posicionado entre la paisanada que Enrique Peña Nieto.
Van porcentajes: mientras que a Miguel Ángel lo aprueba el 39.9% de la población, al mexiquense solamente lo palomea el 24.1%.
Mitofsky hizo un comparativo con los niveles que tenía Javier Duarte en 2013 y con los que terminó en 2016.
En marzo de 2013 a Duarte lo aprobaba el 62.1% y en mayo de 2016 ya sólo el 30.4%. Su desaprobación pasó en ese lapso de 37.1% a 67.8%.
En sus primeros cinco meses, Yunes Linares tiene el 39.9% de aprobación pero lo desaprueba el 58.8%.
¿Es bueno o malo el porcentaje? Depende, como decía Ramón de Campoamor.
En la elección del 5 de junio del año pasado votó sólo el 54.1% de la población inscrita en el padrón electoral, de acuerdo al OPLE.
De los 3,068,406 millones de votos que hubo, Yunes Linares ganó con el 34.40%, lo siguió Héctor Yunes Landa con el 30.29% y en tercer lugar se ubicó Cuitláhuac García Jiménez con el 26.40%.
Aquí debo hacer un alto para decir que no soy especialista en el manejo de números, de cifras, pero trato de interpretar hasta donde mi capacidad me lo permite, según yo.
Aunque una es la población en general y otros los ciudadanos inscritos en el padrón electoral, dentro del porcentaje negativo que tiene su gobierno, podría decirse que ha tenido un ligero avance: ganó con el 34.40% de los votos y hoy lo aprueba el 39.9% de la población.
Pero lo llamativo, al menos para mí, es que ya como gobernador, en los primeros cinco meses de su administración no rebasa el 40% de aceptación y menos alcanza siquiera el visto bueno de la mitad de los veracruzanos.
¿Qué ha pasado? ¿Por qué?
Como candidato, despertó muchas expectativas entre los veracruzanos por sus ofertas de campaña.
Político habilidoso como lo es, supo explotar política y electoralmente la inconformidad popular en contra de Javier Duarte.
Según mi parecer, el 5 de junio de 2016 ese 34.40% con el que alcanzó el triunfo era para él un gran capital político que debía conservar, fortalecer y acrecentar.
Lo debía conservar y fortalecer porque no todos los que habían votado a su favor lo habían hecho convencidos por su persona, sino muchos para castigar a Duarte y de paso al PRI, o sea, lo favoreció el voto de castigo.
Pero su avance es poco y hoy en muy corto tiempo ha perdido ya mucho apoyo de quienes creyeron en él y votaron a su favor. Ya le dan la espalda.
El 7 de marzo pasado, dije en “Prosa aprisa” (“El PAN: su desventaja ante Morena”):
“Creo que fue un grave error llegar y despedir sin más a cientos, acaso miles de trabajadores, que incluso creyeron en el cambio, que lo querían y que por lo mismo votaron por su candidatura que fue votar por el PAN aunque ellos no habían militado en ese partido por el corporativismo que ejercía el PRI, su gobierno”.
“Ellos esperaban que les fuera mejor. Las mujeres incluso lo veían hasta ‘guapo’ o ‘muy guapo’, más si comparaban su físico con el de Javier Duarte. A cambio, se les dio una patada en el trasero sin alguna valoración de su experiencia y de su capacidad, y para colmo no se les liquidó conforme a la ley”.
Me referí al trato humillante que se le dio al echarlos, cómo a los que dejaron les rebajaron el sueldo drásticamente, a la queja de que habían despedido a 20 pero contratado a 50 nuevos trabajadores, e incluso cité que los propios panistas estaban dolidos y decepcionados porque no se les había cumplido con un empleo en reconocimiento a sus méritos en campaña.
La encuesta de Mitofsky refleja el descontento muy claramente.
El 81.0% de los desempleados lo reprueba, también el 61.1% de los jubilados. En orden ascendente siguen: 59.5% de quienes tienen estudios de primaria o menos (seguros votantes por Morena), 58.8% de los adultos mayores de 50 años y más, 56.2% de ¡las amas de casa!, 55.5% de las mujeres en general y 52.2% de los veracruzanos entre los 30 y los 49 años.
Pero también lo desaprueban, en porcentaje mayor al 50%: el 50.4% de personas de 18 a 29 años; el 51.6% de quienes tienen secundaria y preparatoria; el 51.7% de los empleados; el 52.3% de los hombres en general; y el 53.1 de las localidades urbanas. En promedio, el 53.8%.
Solamente lo aprueban quienes tienen estudios universitarios y más en 56.3%, y los estudiantes, en 55.2%.
No deja de sorprender que incluso los alcaldes obtienen mejor calificación que Peña Nieto y que Yunes Linares: los aprueba el 42.5% de la población y los reprueba el 55.1%.
Habrá que estar atentos a los resultados de las elecciones dentro de casi cuatro semanas: si los desempleados salen a votar, habrá voto de castigo, pero, igual, los jubilados se van a hacer sentir, y quienes menos estudios tienen ven como esperanza a Morena. Pero no hay que descuidar a los adultos mayores de edad ni a las mujeres y amas de casa, que éstas arrean a toda la familia y a veces significan hasta cinco votos.
El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, pues, no crece hasta obtener la aprobación de al menos la mitad de los veracruzanos, y esto estando a sólo 13 meses de la elección para renovar la gubernatura y elegir al Presidente.
El resultado de la encuesta puede ser también una explicación de la caída de ánimo que hay en el panismo estatal, donde ya no hablan de que van a ganar más de 100 alcaldías y su cálculo lo bajan ahora a unas 80.
Los beneficiados del desencanto serán, no se dude, Morena y los demás partidos considerados como chicos, que se pueden repartir un buen número de presidencias municipales. El PRI se agenciará algunas como la de Perote con el doctor Juan Francisco Hervert, la de Altotonga con Ignacio Morales, la de Coatzacoalcos con Carlos Vasconcelos y la de Cosamaloapan con Tomás Carrillo, pero no muchas.
Gobierno no creará empleos
De todos modos habrá que esperar para ver si el gobernador Yunes Linares da alguna sorpresa y logra un repunte. Aunque no se cree.
La inseguridad no cesa y no pasan de diez los procesados de la red delictiva de Duarte cuando se ofreció en campaña que se detendría a todos y se les haría devolver lo que se llevaron
Y al menos fue claro y directo al declarar el lunes pasado que su administración no creará empleo alguno en el sector público. Lo atribuyó a la situación económica.
Así que todos los exempleados que fueron despedidos al llegar el nuevo gobierno y que tenían esperanzas de que fueran recontratados saben ahora que deberán buscar otras opciones. Doloroso para ellos pero, creo, mejor que les hayan dicho la verdad.
La confirmación deberá poner en alerta a comercios pues seguramente perderán muchos clientes o sus ventas bajarán al no haber ingresos para cientos, miles de trabajadores cesantes.
La noticia debió haber caído bien en Morena: se asegura el voto de esos cientos, miles de resentidos con un gobierno por el que votaron porque querían un cambio y les pagaron con una patada por atrás. El efecto se verá el 4 de junio, ya falta poco. Mitofsky ya lo adelanta.
Siempre sí viene Ochoa Reza
Sí, siempre viene el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, a darle calor a los candidatos de su partido.
El domingo por la mañana se reunirá en El Castillo, congregación de Xalapa, con militancia de la capital del Estado, así como de los municipios de Actopan, Alto Lucero, Jilotepec, Banderilla, Coatepec y Emiliano Zapata.
Al medio día, en Orizaba, hará lo propio con los de los municipios de Río Blanco, Ciudad Mendoza, La Perla, Ixtaczoquitlán e Ixhuatlancillo.
Por la tarde, en el puerto de Veracruz comerá con empresarios y recorrerá algunas colonias en visitas domiciliarias, para finalmente regresar a la Ciudad de México. |