Prefacio
En Veracruz pasamos del Duartismo al Yunismo, gobiernos mellizos de fondo aunque tornadizo de forma, que sin duda tienen un trazo con lápiz símil de una escuela fidelista y salinista por otra parte.
Yunes Linares, quien llegó a Palacio de Gobierno gracias a una campaña a base de mentiras y sensacionalismo barato, utilizando a Javier Duarte como el principal benefactor en la contienda, al mismo que por común acuerdo dejó escaparse para meses después se montara una tragicomedia con tintes electorales, lleva 6 meses y no ha logrado demostrar ni un bosquejo de alternancia.
De propia voz, Yunes fue quien dijo que en 6 meses los principales problemas del estado veracruzano se esfumarían: sentenció durante en campaña, que seis meses serían suficientes para acabar con la inseguridad (segundo problema al que enfrentamos los veracruzanos), con drones, cámaras y demás “tecnología” que hasta la fecha no se presenta, sino en contrario, los índices de violencia e inseguridad se han acrecentado causando temor a salir por las calles de nuestro municipio. Pero de eso, Yunes no habla.
Tampoco, el gobernador se atreve a hablar sobre los ejecutados que a diario aparecen; ni de los cuerpos que arrojaron en Boca del Río, donde también gobierna el PAN (su chiqui Yunes); ni del desabasto del Agua Potable que se vive en el sur del Estado, aun cuando la Cámara de Diputados aprobó un Punto de Acuerdo para que se garantice el suministro de este líquido vital.
Lo anterior descrito y más, al gobernador le es indiferente, por una sencilla y clara razón: a él sólo le importa instaurar a sus descendientes en puestos públicos para incrustar, aunque duela escucharlo, una monarquía azul.
Al PAN, después de ocupar diversos cargos por parte del tricolor y estar junto a Salinas de Gortari, llegó y se apoderó del Albiazul en Veracruz, siendo hoy quien mueve los hilos, haciendo y deshaciendo “lo que diga su dedito”, fue así como puso en el 2012 a Fernando Yunes como Senador del Estado (sin importarle traicionar a Josefina Vázquez Mota en la elección presidencial), y en el 2013 acordó con Javier Duarte colocar a Miguel Yunes Márquez como Alcalde de Boca del Río.
¿Para cuándo gobiernan?
A cuenta gota, Yunes Linares apenas y logra desahogar los temas pendientes que dejó la pésima administración Duartista, a sabiendas de que la varita mágica que pretendía tener para solucionar los problemas del Estado, no existe, demorando el discurso pintoresco de panacea y alternancia.
Tanto Yunes Linares (gobernador), como Yunes Marquez (Alcalde de Boca) y Fernando (Senador) desde que asumen un cargo o puesto público, sólo utilizan este como plataforma y fuente de ingresos para seguir en campaña, posicionarse y competir por uno nuevo al término del periodo para el cual fueron electos.
Desde la silla del ejecutivo Yunes Linares se ha dedicado a todo, menos a gobernar Veracruz. Comportándose con cual dirigente partidista salta al ring de la contienda electoral para atacar e intentar restar puntos a la oposición.
Sin argumentos ni sustento, cínico interfiere para causar polémica y colgarse, principalmente, de la figura y peso político de Andrés Manuel López Obrador. Mientras que aparecen cuerpos en la cuenca y desaparecen personas, en lo único que el gobernador se concentra es en publicar a través de sus Redes Sociales un vídeo por la visita del dirigente morenista, que como bien dice este último “¡No manches Yunes!” ponte a trabajar.
Por otro caso, y a nivel municipal tenemos a un Alcalde que, desde que el gobierno Yunista se asentó en Veracruz, no atiende Boca del Río. Dedicándose Miguel Yunes Márquez a realizar campaña por todo el territorio Veracruzano con la clara intención de posicionarse para la contienda por la gubernatura del 2018, como lo instruyó su “papi Yunes”.
ADVERTENCIA
Vivimos en un Veracruz desgobernado por el Yunismo. Un Veracruz donde el gobernador no ha dejado de ser candidato para asumir su papel de Ejecutivo. Sin duda, qué grande le quedó la silla a Yunes, o qué chico resultó Yunes para ocupar la silla más alta del Estado….
@yairademar
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