Está llegando así al final una lucha descarnada. Llena de lodo. En donde se perdió el respeto a la vida personal para dar paso a la cobardía, al ataque bajuno, a la calumnia, a la ofensa familiar.
La jornada electoral se caracterizó desde sus inicios por una indiscriminada guerra en donde ni siquiera hubo respeto al género. Fue el caso de la panperredista Ana Miriam Ferraez, quien tuvo que aguantar el chaparrón, una lluvia de ataques a su persona.
La denuncia de presuntas adicciones a pesar de comprobar médicamente estar libre de la marihuana, anfetaminas, válium, metanfetamina y morfina, cuya historia de adicciones corresponde pero a su ex marido Tomás Castillo, misógino de Alto Lucero, con quien estuvo casada 22 años y hace cinco terminó la relación con un divorcio por violencia intrafamiliar.
Todo ello está consignado en un expediente civil en poder de este reportero en donde en ningún momento se cita a un tal Beceiro en relación extramarital tal como ha circulado en cierta prensa.
A Ana Miriam, le adjudican además supuesta resolución judicial negándole la custodia de sus hijos. Toda una canallada para su condición de mujer y madre, particularmente cuando la realidad indica que la aspirante ejerce la patria potestad de sus cinco hijos, tres de los cuales estudian en el extranjero.
Ana Miriam Ferraez entregó todo su esfuerzo a la familia hasta su separación. Es una mujer que vivió por años con un hombre violento, tuvo que rehacerse así misma, aunado al stress postraumático resultante de la violencia física y emocional.
Enfrentó además juicios de valor de parte de una sociedad que se erige en severo juez que levanta el dedo para señalarla sin posibilidad alguna de que se defienda.
Ana Miriam, sin embargo, tras la difamación se rehízo. Tras su separación empezó a incursionar en la radio con el éxito por todos conocidos tras lo cual decidió continuar su tarea pero a través del ayuntamiento.
Hoy está en el dintel de la victoria.
En situaciones parecidas ha sido colocado Hipólito Rodríguez al calificarlo como golpeador de su esposa, ser mariguano y de enriquecerse con salarios estratosféricos cuando en los hechos es un hombre muy tranquilo y honesto, un pan de Dios que vive en la modesta medianía.
Siguiendo con los golpes bajos, vale citar a Alejandro Montano, a quien de manera desproporcionada le han endilgado todo un culebrón de historias negras de sus antepasados –como si él tuviera la culpa de lo que hizo su abuelo o bisabuelo, tíos o primos- sin admitirle reconocimiento alguno en favor de la seguridad pública durante su gestión en años anteriores. Todo en él es malo según la lente de quienes lo cuestionan. Han recalado incluso con su familia.
Y qué decir de lo sucedido a Carlos Luna, un hombre probo que jamás ha lucrado con la educación ni cargo alguno. Es un hombre de conducta intachable que ha hecho caso omiso a los insultos cobardes en el sentido de haber golpeado a su esposa lo cual le provocaría consecuente divorcio.
Otro caso lamentable, sin duda, es el del empresario Nicanor Moreira, un aspirante a la alcaldía que ha sido colocado como la sorpresa de la próxima elección, mismo que ha sido denostado, minimizado y objeto de historias truculentas. Se dice que no levanta en las encuestas pero ahí está punteando en la recta final ya que su trabajo pan pianito parte de dos años atrás.
Nica es el del voto silencioso y no Morena. Será la sorpresa… Antes, sin embargo, ha tenido que pasar las de Caín con las difamaciones y calumnias. Se ha puesto incluso en tela de juicio la solvencia de sus empresas por disputas laborales y familiares. Nada le ha dañado.
Pero en este entramado no todos han sido atropellados.
Quienes no han sido lastimados o vituperados son el resto de los contendientes por la alcaldía jalapeña como Rubén Moreno Archer, Efraín Sánchez Cruz, Brenda Aguilar, Antonio Luna y Juan David Ovando. Ello se debe a que no representan ningún peligro al no tener la más mínima posibilidad de llegar.
Así pues, este ha sido el juego de poder por definirse. Un juego en donde ya por lo pronto hay números.
Las tendencias, de acuerdo a BEAP S.C. “Estadísticas de Opinión Pública”, una de las cinco encuestadoras de más crédito de la ciudad de México, colocan a Ana Miriam –a pregunta de si hoy fueran las elecciones por quién votaría- en primer término con 32.4 puntos seguida por Hipólito Rodríguez con 24.9 puntos.
Son desde luego aproximaciones muy parecidas a las que en una primera instancia, al arranque de las campañas dio a conocer Mitofsky, quien también colocó el primer sitio a Ana Miriam Ferraez Centeno, a pesar del rudo golpeteo interno a que había sido sujeto de parte de su más cercano contendiente David Velasco Chedraui.
Estas tendencias verán la realidad el domingo 4 de junio que será cuando los resultados arrojen lo que se negoció, lo que se defendió y lo que se ganó legítimamente.
En estos tiempos electorales queda, sin embargo, muy claro que por encima de del excremento en el ventilador, la sociedad civil tiene una opinión muy clara del papel que juegan los partidos y los actores.
Ello resultante de la crisis social, económica y política que vivimos en donde la única forma de desquite ciudadano está en las urnas. Por tanto, los partidos políticos más le apuestan al nombre que a la institución.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |