“Lorena Martínez es una mujer de trabajo, una mujer de dedicación y una mujer que ha demostrado, en distintas responsabilidades partidistas y en el Estado mexicano, su profundo patriotismo y convicción a favor de las mejores causas de nuestro país”, fueron las palabras del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza al presentarla ante el priismo veracruzano el Día de Reyes durante una comida con la militancia en el Puerto de Veracruz.
Como bien lo decía hoy Lorena Martínez ante los medios de comunicación, los resultados obtenidos por la alianza “Que resurja Veracruz” no significan una derrota para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sino todo lo contrario: es una reconstrucción.
Reconstrucción que aunque otros se quieran adjudicar, fue en gran parte por Martínez quien en todo momento se impuso con hechos y razones para privilegiar siempre a candidatos con potencial para ganar y además para la toma de decisiones colegiadas en beneficio del voto duro.
Lorena llegó a Veracruz con una sola consigna: frenar la debacle del PRI, pronosticada hace tiempo por el mal gobierno de Javier Duarte, lo cual realizó en la medida de sus posibilidades y que hoy hacen que el PRI aún respire en la entidad.
Pasadas las elecciones, el trabajo que Lorena realizó permitirá recuperar la confianza de muchos priistas que se habían alejado, pulir la maquinaria, mostrar el músculo priísta y sobretodo acercarse a rincones de Veracruz a los que al menos, el Comité Directivo Estatal del PRI no lo hubiera hecho, hoy el PRI se encuentra más o menos resucitado y puede dar dos o tres golpes antes quedarse en la lona.
Quizá para las próximas elecciones, Lorena Martínez ya se encuentre en su natal Aguascalientes, peleando por la senaduría, pero en Veracruz, al menos dejó un esquema de lo que debe hacerse ante un partido vapuleado, el de levantarse de sus cenizas y renacer como el Ave Fénix.
El legado de Lorena a días de su partida es claro: “el trabajo que se debe hacer en el PRI es ese, seguir acrecentando la presencia del partido manteniendo la unidad y ganado la confianza de los ciudadanos que no militan en partido políticos”.
Y es que si realizamos un comparativo de lo que se tenía antes, con la debacle de Duarte, que sin duda fue un golpe mortal para la imagen del partido, ahora el PRI se está recuperando, retomó la confianza de muchos, regresó a las bases del partido, se hizo política de verdad para dar una batalla limpia y como buen contrincante.
Para Lorena Martínez el PRI en Veracruz aún respira, aún está vivo y con muchas posibilidades de ganar.
Es así como como en seis meses la delegada del CEN del PRI sembró un importante legado: trabajar en unidad en favor de la transformación del partido, con miras a obtener la victoria en las elecciones a gobernador que se celebrarán el próximo año en Veracruz.
Al tiempo.
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