En el caso de los diputados locales, éstos serán nominados en cada entidad por el grupo del candidato a Gobernador que haya quedado.
Así que falta poco, que se nos hará una eternidad, para saber si en el PAN llegó Margarita Zavala, o si le ganó Ricardo Anaya, o si consiguió su objetivo Rafael Moreno Valle, o si Miguel Ángel Yunes Linares creció en estos meses y se colocó por encima de los anteriores.
Y con el PRI tendremos develada la incógnita de si Miguel Ángel Osorio Chong se mantuvo como el rival más fuerte o si a Peña Nieto le ganó el sentido de la amistad y dejó a Luis Videgaray, o a José Antonio Meade Kuribreña… o si persistió la inteligencia, y por tanto el abanderado será el doctor José Narro Robles -que parece viejito pero no lo es-.
En Morena quedará… ummm… yo no sé… puede ser… a lo mejor… quién sabe… ¡Ah! ¡Sí! El candidato será Andrés Manuel López Obrador, después de una cerrada votación de los democráticos miembros de Morena, tan independientes ellos.
Los otros partidos, la chiquillada, irán seguramente en alianza con los grandes, y sólo falta saber si el PAN consigue convencer al empequeñecido PRD de que le siga acompañando en la aventura electoral… y saber asimismo si el PRI y el Verde juntarán al Panal.
Y también nos enteraremos si se pudo construir la soñada gran alianza de la izquierda, con un trabuco que incluiría a Morena, Movimiento Ciudadano, el PT y en una de ésas hasta el PRD. Claro, por supuesto, en efecto: el candidato sería… Andrés Manuel.
Meses de desvelos para muchos, de tronarse los dedos; meses de desconsuelo y enojo para los ciudadanos, que cada vez soportan menos los excesos del régimen de partidos; meses de gastos exorbitantes, ocultos, oscuros; prevalencia de la corrupción… hasta que un día se levante el gigante dormido.
¿Verdad, don Porfirio?
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