Lo mismo decía el exgobernador Javier Duarte de Arturo Bermúdez, ahora encarcelado en Pacho Viejo.
En el vecino estado de Puebla ocurrió una historia diferente. A finales de julio de 2015, el entonces gobernador Rafael Moreno Valle tuvo que “aceptar” la renuncia de su secretario de Seguridad Pública, Facundo Rosas, luego de que efectivos del Ejército detuvieron dos semanas antes al director general de la Policía Estatal Preventiva, Marco Antonio Estrada López, y al jefe del Grupo de Operaciones Especiales de la entidad poblana, Tomás Méndez Lozano, durante un operativo en el que requisaron 31 camionetas con combustible robado en Tepeaca.
Los exoficiales Estrada López y Méndez Lozano, que fueron cesados de su cargo y procesados por el delito de robo de combustible, habrían declarado ante los agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República (PGR) que Facundo Rosas era parte de la red de ordeña de combustible a ductos de Pemex.
En la administración del presidente Felipe Calderón, Rosas fue coordinador de Inteligencia de la Policía Federal y posteriormente subsecretario de Prevención, Vinculación y Derechos Humanos de la SSP al lado del secretario Genaro García Luna, con quien anteriormente, en el sexenio foxista, había laborado también como director de Análisis Táctico en la Agencia Federal de Investigación (AFI).
No obstante el currículo del funcionario y la confianza que tenía en él, Moreno Valle aceptó la “renuncia” de Rosas, cuyo cuestionado nombramiento, en abril de 2013, lo justificó argumentando que lo había consultado con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
El 28 de julio de 2015, a través de un escueto comunicado de prensa, el gobierno panista del estado de Puebla informó que “Facundo Rosas Rosas agradeció la confianza depositada por el gobernador y manifestó que decidió separarse del cargo con la finalidad de que las investigaciones que se llevan a cabo por parte de la Procuraduría General de la República y la Procuraduría General de Justicia del Estado, sobre los hechos acontecidos el pasado 15 de julio en el municipio de Tepeaca, queden esclarecidas sin duda de parcialidad alguna”.
En Veracruz, según se observa, nada de esto va a suceder.
BUSCA JUSTICIA… ¡EN PUEBLA!
Por cierto, un claro ejemplo de que la confianza en la procuración y administración de la justicia se ha ido degradando en Veracruz durante el mini régimen yunista es el hecho de que un empresario xalapeño, hijo de un exrector de la Universidad Veracruzana muy apreciado por el gobernador Yunes Linares, tuvo que recurrir hasta el vecino estado de Puebla a presentar una demanda por la vía civil en contra de una seudoperiodista de Xalapa, a la cual está reclamando una indemnización de 5 millones de pesos por la reparación del presunto daño moral que asegura le provocó por una serie de supuestas calumnias y difamaciones que publicó en contra de él, de su familia, de organizaciones sin fines de lucro, de sus asociados y empresas.
RENATO CABILDEA PERMANENCIA
No fue la última cena sino un desayuno; tampoco fue en el Cenáculo sino en el domicilio particular de don Carlos Brito Gómez, sobre la avenida Presidente Manuel Ávila Camacho, de Xalapa; y no fue un solo Judas el que se sentó en la mesa del maestro sino varios exdirigentes estatales del PRI que en la pasada elección municipal fueron omisos o que de plano habrían operado en contra de los candidatos de su partido porque así convenía a sus intereses personales ante la persecución penal que el gobierno estatal del PAN amaga con emprender en contra de algunos de ellos implicados en el presunto desvío de miles de millones de pesos durante la administración anterior.
El nazareno que debió cargar la cruz de la anunciada debacle electoral priista fue Renato Alarcón Guevara, quien busca resucitar y mantenerse en la presidencia del CDE del PRI por lo menos hasta el anuncio y aparición del nuevo Mesías veracruzano que el dedo del Señor de Los Pinos designará para la sucesión gubernamental de 2018.
Ya se verá si Alarcón consiguió que no lo crucifiquen antes. |