Y dentro de esos lamentables actos, la artera ejecución del Comisionado de la Policía Federal en el estado, Camilo Castagné, junto con dos mandos más, en un conocido restaurante de Cardel, a plena luz del día, donde se encontraban familias con niños, no puede entenderse de otra manera más que como una afrenta directa a las fuerzas coordinadas, tanto federales como estatales.
Aunado a esto, el pavoroso asesinato de una familia completa en Coatzacoalcos, con 4 menores de edad, lo cual pareciera traer el sello indisoluble de un castigo delincuencial. En Veracruz se encuentran todos los cuerpos federales de seguridad disponibles, ¿qué tan peor estaríamos sólo con la Policía Estatal y Fuerza Civil?
El Gobernador Miguel Yunes Linares dijo en campaña que acabaría con la inseguridad de Veracruz en seis meses, nada más alejado de la realidad. La tarea habría sido igual de difícil para cualquier candidato, sin embargo, esto debería servir de lección cuando se defienden promesas políticas, cuando todos dicen que pueden con todo.
En términos de disminución de inseguridad siempre será un error manejar tiempos perentorios. No es buena apuesta, más aún cuando la realidad nacional también juega su papel.
El Gobernador Yunes se equivocó al manejar un número de meses para tranquilizar el estado; tuvo que buscar justificantes creíbles en un tema donde al final del camino, pocos obtienen saldo a favor; siempre será mejor ser dueño de mi silencio, que prisionero de mis palabras, dicen los sabios.
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