Su formación, su trabajo, están ahí, eso nadie lo pone en tela de juicio, quizá lo reprochable en su actuar, es lo calculado de cada una de sus acciones, siempre llevando ventaja, siempre sacando una raja.
Al principal vendedor de plásticos de la zona centro del Estado, se le ha ligado desde siempre al ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.
Es el cuenqueño, su formador y descubridor, es quien sacio esa ambición natural que tienen todos aquellos que lo tienen todo, pero quieren incursionar en esa burbuja que se llama poder, a donde solo unos cuantos son convidados.
Y es ahí cuando el tema toma otra vertiente, es ahí cuando al impoluto Ahued las cosas le cambian.
Tras su último paso por el Congreso Local su actuar se cálifico como el del priista menos priista de la Sexagésima Tercera Legislatura, sus acciones, sus incursiones, sus votos, todos calculados, como sabedor que en el horizonte las cosas habrían de ser favorables para él, siempre y cuando no se comportara como la borregada, esa que salió con las alforjas llenas de miles de millones de pesos, por validar todas y cada una de las ocurrencias del sociópata recluido en la prisión de Matamoros en Guatemala.
Su enfrentamiento directo con Javier Duarte, marcaron ese parteaguas dentro de su carrera, que hoy lo coloca en la antesala de poder llegar a ser Senador e incluso porque no Gobernador en el 2018, logrando quizá el tan anhelado cambio que demanda urgentemente Veracruz.
Tocado por el enigmático perfume del poder, sabe que la coyuntura es ahora, por eso astutamente confiesa “urge un golpe de timón en la política mexicana”, lo que capta puntualmente el columnista.
¿Ha donde pretende llevar Ahued ese comentario?, ¿Quién pudiera ser ese personaje, que logre generar esa condición?, la malicia y el colmillo del pachuqueño avecindado en Xalapa, entre teje las intenciones de su estrategia, de su nuevo paso.
Morena se finca en el firmamento político de México como la única opción real de cambio, su dirigente el tabasqueño, cuasi veracruzano -por tanta visita que realiza a la entidad-, Andrés Manuel López Obrador, resulta ser su ariete, mismo que habrá de abrir la muralla infranqueable que representa al Sistema Político Mexicano.
Para Ahued, ese golpe de timón está ahí, y no hay vuelta de hoja.
Su siempre fiel disciplina de mantenerse retirado del juego político -un periodo si, y otro no- para evitar que le tilden de “chapulín” hacen una vez más, que su paso, medido, levante suspicacias.
¿Quién asesoro al mayor importador de productos Chinos a Veracruz, en esa teoría?
Todo apuntará a que su mentor Fidel Herrera Beltrán, sea el artífice de tan hábil jugada, una que les permitirá transitar del priismo rancio y casi desfragmentado, al control por una parte del Partido Verde Ecologista de México, por el lado de su vástago Javier Herrera Borunda, y por otro de Morena, con Ricardo Ahued Bardahuil a la cabeza.
Los escarceos del empresario con el Movimiento de Regeneración Nacional quedaron confirmados abiertamente durante el pasado proceso electoral local del pasado 4 de junio.
Ahí durante el devenir de la campaña, el descendiente de Libaneses, fue el principal impulsor del alcalde electo por Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero con lo más fino y granado del sector empresarial en la zona centro, a quienes prohijó comentarios a favor de su candidato, buscando con ello, alcanzar su objetivo de lograr posicionar la marca Morena en las conciencias y alzarse con el triunfo.
La presencia política de Ahued ha estado presente desde su llegada a la alcaldía en todas y cada una de las administraciones municipales, en mayor o menor medida, al menos así quedó evidenciado en la que encabeza el aún alcalde Américo Zúñiga Martínez, al colocar como Regidor Primero, Rogelio Álvarez Arroyo quien sigue siendo su enlace para todo asunto relacionado con sus intereses.
Su ambición por el poder -legítima- finalmente lo habrá de llevar a formar parte de las filas de este proyecto político, al menos así lo han expresado algunos de sus liderazgos -off the record- a este reportero.
Su injerencia en el pasado proceso electoral llegó a ser tal, que se creé que fue el mismo interlocutor entre el ex gobernante veracruzano y la actual administración en funciones vía el alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga, con el único objetivo de garantizar la victoria del puerto de Veracruz para el senador con licencia Fernando Yunes Márquez, y entregar la plaza Xalapa para el proyecto Lópezobradorista.
Mientras las piezas del ajedrez político se continúan alineando Ahued Bardahuil seguirá con el plan trazado, ese plan incluye evidentemente a otros personajes ligados en un pasado, con el mismo mentor cuenqueño, solo como dato, el principal impulsor ambiental de contener y detener el proyecto de Fraccionamiento del Predio La Joyita, fue el mismo Hipólito Rodríguez Herrero, a el mismo, se le ligó a Fidel Herrera Beltrán, aun cuando en abierto lo niegue.
Si la operación “golpe de timón” sigue su rumbo, los candidatos a la gubernatura de Veracruz en el 2018 habrán de ser Miguel Ángel Yunes Márquez por la Coalición PAN-PRD; José Francisco Yunes Zorrilla por el PRI y sus aliados, y Ricardo Ahued Bardahuil por Morena.
¿Para cuánto alcanzará esa apuesta? Esa es la pregunta.
Lo cierto es que el empresario xalapeño continuará tejiendo esa entramada red que le permita sentar el siguiente paso de manera firme y certera, su apuesta no será en falso y mucho menos será un round de sombra, como para medir lo que pudiera pasar.
Ricardo Ahued va por todas las canicas, sabedor que es ahora o nunca, jamás encontrará mejor escenario para que la vox populi salga a llamarle urgentemente en rescate de la patria chica, en rescate de Veracruz, siempre llevando ventaja, siempre teniendo el “as” bajo la manga.
Al tiempo.
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